La publicidad de este tema no está para solucionar nada, sino que, al contrario, para ir contra la Iglesia, la familia, y demás. Ya se sabe que con el consabido y engañoso «riesgo cero», se pretende implantar cualquier tipo de medida, claro que sin, aparentemente, tener en cuenta los claros y nefastos riesgos de las mismas (aunque sabiéndolos bien de antemano, al menos los promotores).
Si se quisiera solucionar algo, se tendría que fomentar el Evangelio; el amor sí que sirve para contrarrestar las malas tendencias, pero no el mero control exterior.
Y no se fomenta el Evangelio porque no interesa la auténtica solución, sino que lo que interesa es utilizar un supuesto mal, para crear más mal.
El que alguien tenga que decir: «yo no esto, o lo otro», me parece indigno, y asqueroso; particularmente, creo que nadie tendría que aceptar el someterse a esto. El mal ya se sabe que puede engañar: «haz esto, y ya luego podrás hacer el bien»; mentira, después del primer mal, vendrá otro y otro, y toda una cuesta pendiente de males. Sólo el bien triunfa, a pesar de todas sus renuncias y aparentes fracasos.
Atendiendo al título, no creo que se la quiera imponer; ya sabrán que es un imposible, sino que más bien se querrá utilizar para ir contra instituciones clave. Y que todo sea eso, ya que hoy en día no se pueden ver ni las noticias.
La publicidad de este tema no está para solucionar nada, sino que, al contrario, para ir contra la Iglesia, la familia, y demás. Ya se sabe que con el consabido y engañoso «riesgo cero», se pretende implantar cualquier tipo de medida, claro que sin, aparentemente, tener en cuenta los claros y nefastos riesgos de las mismas (aunque sabiéndolos bien de antemano, al menos los promotores).
Si se quisiera solucionar algo, se tendría que fomentar el Evangelio; el amor sí que sirve para contrarrestar las malas tendencias, pero no el mero control exterior.
Y no se fomenta el Evangelio porque no interesa la auténtica solución, sino que lo que interesa es utilizar un supuesto mal, para crear más mal.
El que alguien tenga que decir: «yo no esto, o lo otro», me parece indigno, y asqueroso; particularmente, creo que nadie tendría que aceptar el someterse a esto. El mal ya se sabe que puede engañar: «haz esto, y ya luego podrás hacer el bien»; mentira, después del primer mal, vendrá otro y otro, y toda una cuesta pendiente de males. Sólo el bien triunfa, a pesar de todas sus renuncias y aparentes fracasos.
Atendiendo al título, no creo que se la quiera imponer; ya sabrán que es un imposible, sino que más bien se querrá utilizar para ir contra instituciones clave. Y que todo sea eso, ya que hoy en día no se pueden ver ni las noticias.
De M. Foucault recordemos que era pro-pedofilia y recordemos también que murió de SIDA.