Si los «deseos homosexuales son dados por Dios»: ¿los demás también?

SACERDOTES VUELVEN A PROMOVER LA HOMOSEXUALIDAD ANTES DEL SÍNODO DE LA SINODALIDAD

Según señala Infocatolica, el dominico pro-sodomía Timothy Radcliffe, nombrado asistente espiritual para el próximo «Sínodo de la sinodalidad», publicó el 19 de septiembre en el L’Osservatore Romano un texto llamado «El camino sinodal con católicos gays».

En su reflexión, el dominico de 79 años (grandecito para estas faenas…) afirmó que los «deseos» homosexuales, al igual que todos los deseos, son «dados por Dios» y necesitan ser «educados» en lugar de reprimidos.

Comentario: Y si los «deseos» son piromaníacos… ¿tampoco deberían ser reprimidos?¿y si son deseos antisemitas?¿y si son deseos homicidas respecto de las «minorías identitarias»? ¿acaso deberían ser reprimidos?

Además, alabó a los «católicos gays maduros» que mantienen «relaciones comprometidas»: «La enseñanza de la Iglesia ya está evolucionando, renovada por la experiencia vivida: las personas homosexuales ya no son vistas solo en términos de actos sexuales», añadió Radcliffe.

Comentario: O sea, si dos personas que fornican contra-natura (pero con compromiso) son «alabables», ¿también lo serían las células terroristas de Hamas que se comprometen a dar la vida por Palestina?¿y los que practican el canibalismo consensuado con un compromiso de no comer más allá de lo que se les ofrece?¿y quienes se agrupan, comprometidamente, para eliminar a todos los inmigrantes de su país?

Pero hay más, porque parece que el 19 de septiembre se han puesto de acuerdo pues ese mismo día, el otro famoso sacerdote pro-sodomía, el jesuita P. James Martin, abordó en America Magazine las conversaciones que ha mantenido durante el último año con delegados del sínodo sobre lo que él describe como «cuestiones LGBTQ».

J. Martin sugirió que la mejor manera de ayudar a quienes se oponen al colectivo LGBTQ es «conocerlos, escucharlos y reconocerlos como hijos amados de Dios, es decir, como nuestros hermanos y hermanas en Cristo». 

Pues bien: que nos escuchen entonces; y que no nos juzguen. Que eso sería clericalismo. Pues para juzgar, al final de cuentas, está Dios, de Quien nadie se burla (Gál 6,7).

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi, SE

La doctrina católica sobre la homosexualidad está recogida en el Catecismo de la Iglesia Católica, que establece que, aunque las personas con tendencias homosexuales «deben ser acogidas con respeto, compasión y delicadeza», los actos homosexuales son «intrínsecamente desordenados» y «bajo ninguna circunstancia pueden ser aprobados» (CIC, 2357-2358). Además, el Catecismo subraya que las personas con atracción por el mismo sexo «están llamadas a la castidad» y pueden acercarse a la perfección cristiana a través del autocontrol, la oración y la gracia sacramental (CIC, 2359).

Organizaciones como Courage International ofrecen apoyo espiritual a los católicos que buscan vivir de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia sobre este tema, promoviendo la castidad y ayudando a sus miembros a crecer en santidad.