¿Católicos por Boric? Palabra de un ex-militante izquierdista
Pablo Sepúlveda
La mañana del sábado 11 de enero de 2020, en plena temporada de protestas en Chile fui detenido -junto a otra persona- por carabineros al interior de la Catedral Metropolitana de Santiago, luego de haber desparramado latas vacías de bombas lacrimógenas -utilizadas por la policía- en las escalinatas del Altar Mayor. El sacrilegio que cometí fue emitido casi en directo por televisión, luego se sumaron otros medios digitales como Nueva Vida (España) y Kairós News (Chile) que cubrieron los coletazos más personales del acontecimiento. Recibí el apoyo de organizaciones como la “Coordinadora La Paz es Fruto de la Justicia” y “Mujeres Iglesia”. Por su parte, el cura obrero Mariano Puga (Q.E.P.D) escribió una carta abierta reivindicando la validez de la acción y llamándonos “Violentos por la Paz”. Posteriormente conocí comunidades de base, asistí a sus “retiros”, me reuní con párrocos, obispos; hasta llegué a ser, breve y accidentadamente, uno de los coordinadores de la “La Paz es Fruto de la Justicia”. Conocí ese mundo y me asqueé de él, gracias a Dios.
Confieso lo ocurrido pues, en estos días un conjunto de grupúsculos de izquierda, entre los cuales están los ya mencionados arriba, emitió una declaración de “comunidades católicas por Boric” denominada “No nos robarán la esperanza”. Uno de sus comentaristas ante los medios progresistas fue el senador don Ignacio Latorre, de Revolución Democrática, que participando de aquellas comunidades “católicas” apareció como su paladín, expresando que la declaración va «en contraposición a un catolicismo conservador que representa José Antonio Kast”. Comenzaré mi diatriba a partir de la cuña del senador.
En primer lugar, Kast no representa al catolicismo. Es un católico entre los millones que hay en Chile, entre los cuales hay diversidad de individuos, de hecho, más de los que constituyen las “disidencias”. El que pertenezca al Movimiento de Schoenstatt y sea padre de nueve hijos no lo hace un conservador. De hecho, para que se enteren los “católicos x Boric”, es tan seguidor del Concilio Vaticano II como ellos, así que para los verdaderos “conservadores” Kast no pasa de ser un católico modernista. El señor Latorre miente sobre el candidato de la derecha, al mismo tiempo que deja entrever su profunda ignorancia eclesiológica y su estrechez mental al trasladar la lucha de clases al interior de la Iglesia que, si es católico, debiera saber que es Cuerpo de Cristo y no el parlamento del país ni una asamblea popular.
La declaración, por su parte, deja más en claro las concepciones inmanentistas y prácticamente ateas de estos grupos. Ellos dicen: “Sabemos que los valores y principios éticos que nos mueven no se transforman fácilmente en estructuras sociopolíticas ni en programas de gobierno”. En primer lugar, han vaciado el cristianismo de toda su teología, de toda la dimensión metafísica que le es inherente como Revelación Divina. Más aún, al no comprender la profundidad de estas cosas, se diluyen en la militancia política, a propósito, condenada por los papas como “herejía americanista”.
Asimismo, no tienen empacho alguno en “públicamente manifestar nuestra adhesión al proyecto colectivo, dialogante, abierto, feminista, ecológico y territorial expresado en la candidatura de Gabriel Boric”. Es irónico, pues mientras buscan soluciones a esos problemas contingentes, dados en gran medida por un trabajo previo de politización, sus afectos “católicos” no alcanzan a oír los llantos de Raquel y votan por los candidatos que están a favor de legalizar el aborto, a estas alturas, “libre”. Condenan, justamente, al rico que no alimenta al pobre Lázaro, pero se condenan cuando actúan como soldados de Herodes y son cómplices de asesinatos de hombres y mujeres en gestación.
El panfleto de estos agitadores x Boric, continúa así: “Nos duele que el apelativo de cristiano pretenda ser apropiado por un programa y una candidatura que, según lo que entendemos, dista tanto del proyecto del Reino anunciado por Jesús de Nazaret”. Que el proyecto de Kast diste de aquel del Reino de Jesús es totalmente normal y hasta positivo, en tanto que, simple mortal, no quiera dárselas de profeta como sí quieren hacerlo los autores de la declaración pretendiendo, ante la situación política, “elevar una palabra profética y esperanzadora”.
Para ir cerrando, hago notar que entre las organizaciones que firman el documento hay protestantes, la pastoral de la “diversidad sexual” y la “etnia mapuche”. El resto son redes laicales, parroquias, congregaciones, comunidades de base, círculos “teológicos”. Personalmente conozco varias de las estructuras ahí mencionadas y doy fe de que sus miembros son compartidos entre unas y otras, es decir, es la misma gente denominada de distinta forma según sus diferentes frentes de agitación política al interior de la Iglesia.
A estos caudillos con aires de heresiarcas es necesario salirles al paso. Mi intención ha sido simplemente aclarar una cuestión básica, a saber: no son católicos. Una vez aclarado eso, resta simplemente exigirles un mínimo de honestidad para que, aceptándose a sí mismos como “librepensadores” o lo que más les guste, agarren sus pilchas y se manden a cambiar con celeridad, porque el Estado no aceptará tan fácil -y la Iglesia jamás- su victimismo hedonista con que suelen chantajear las sensibilidades de la gente, especialmente de los más jóvenes.
Pablo Sepúlveda
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Gracias por iluminarnos al respecto.
Evidentemente, es otro as de cartón.
Y, es lógico, aun no ha surgido una verdadera respuesta católica en política, es una materia que tenemos pendiente en todo occidente «Cristiano».
Me gustaría formar un movimiento, luego un partido, verdaderamente católico.
Lo lamento, en buena, no es por nada, pero conociendo lo que fue la Democracia Cristiana en mi país, no me interesa un partido católico. La política para mí gusto tiene que ser hecha desde un partido político afín, sin claudicar con los principios y valores católicos. A lo que tiene que avocarse el catolicismo es a recuperar la educación que dejó botada hace sesenta años. Es ahí donde estamos fallando y se va acabando el tiempo, cada vez más la educación le va cerrando las puertas a la Iglesia. Hay que buscar nuevos caminos.
La Iglesia Católica ha abandonado la educación como instrumento de evangelización y de inculturacion de niños y jóvenes en la religión católica y en la sociedad católica.
Parece creer que su negocio es la educación y no la transmisión de la fe.
De todas formas eso mismo ha pasado en el protestantismo, porque sus escuelas tampoco transmiten la fe. Y eso a pesar de la gran importancia que tiene por ejemplo en el anglicanismo para el idioma inglés y la literatura la Biblia de la Versión Autorizada y el Libro de la Oración Común.
Esto no puede ser una casualidad, porque las casualidades no existen.
El que haya un día a la semana clase de religión no justifica estos colegios.
Además esa clase y la catequesis solo pueden ser el refuerzo intelectual y la confirmación racional de ACCIONES de piedad (como el Santo Rosario y el Ángelus diarios, celebraciones de Navidad y mes de Mayo, el nacimiento o belén…)
Sin contar con algo también mucho más importante de lo que parece:
La buena educación.
El famoso educador Venerable P. Felix de Jesús Rougier decía con mucha razón que «la mitad de la santidad es la buena educación»
En la medida que significa dominarse a sí mismo, poner al otro por delante de uno y cumplir con normas que son católicas o derivan del catolicismo, no sólo inculturan en el catolicismo, sino que justifican el dinero que los padres pagan por la educación y, junto con la formación de hábitos de estudio, de esfuerzo y constancia, algo que le servirá de utilidad al niño toda su vida.
No es de extrañar que las izquierdas rechacen la buena educación; con muy buen criterio.
En Filipinas siguen utilizando la palabra española «delicadeza» como una especie de buena educación y significa por ejemplo cerrar una puerta con cuidado (con «delicadeza» para no molestar con el ruido a otra persona que esté en la misma habitación. O hablar con «delicadeza» para lo mismo)
Es una especie de caridad en el trato.
Porque no hay que olvidar que si la buena educación tiene una parte de higiene o de saber usar qué cubierto con qué, lo que importa -y no importa la cultura o el pais- es el trato, los buenos sentimientos y la protección y ayuda al débil.
Acá se habla de la
Educación abandonada por la
Iglesia católica lo que es insostenible cuando unos 500 mil niños asisten a escuelas católicas con financiamiento estatal y existen una 20 universidades católicas todas con financiamiento público. La iglesia no abandonó la educación no por una cuestión de fe, la iglesia abandonó la evangelización porqué está centrada en el negocio de la subvención que cada estudiante representa en pesos.
Yo creo que están aplicando en la educación católica lo mismo que en las misiones.
Ya sabrá que los misioneros ya no «convierten», sino que «acompañan» (???)
Por eso ya no suelen bautizar.
Engañando a los padres, porque cuando envían al niño a un colegio católico es para que reciba una educación católica, no para que pierda la fe.
En Estados Unidos hay un problema enorme con las Universidades Católicas, porque su educación ya no es católica, sino «progresista»; incluso aunque la materia no tenga nada que ver con ideología (esto es, no hay libertad de enseñanza )
Y con ello se están haciendo el harakiri, porque sus mismas escuelas eran un semillero de vocaciones y ahora no las tienen, por lo que tarde o temprano, afortunadamente, desaparecerán.
¿Ha sido católica realmente la denominada democracia cristiana? Pues antes del Vaticano II se podría decir que si, luego de este con sus nefastas «reformas» comenzaron las alianzas con comunistas, socialistas, grupos guerrilleros marxistas gracias a la teología de la liberación o sea marxismo maquillado como cristiano. Hoy la democracia cristiana chilena como la alemana, Irlandesa, belga o de donde sea solo son cascarones de lo que un día fueron o pudieron llegar a ser así como ha pasado también con otros movimientos e instituciones otrora católicas pero hoy parecen enemigos de la tradición y enseñanzas de la Iglesia.
El VII nos vendio la idea que la Iglesia tenía que reformarse y adaptarse como si fuera una secta protestante cuando eramos nosotros los que teníamos que reformarnos y adaptarnos a las enseñanzas de siempre de la Iglesia.
el cura de mi colegio (sscc) le esta haciendo publicidad a boric y forma parte de todos esos grupos, no sé como es sacerdote si no cree o al menos no aparentar ser fiel al magisterio De la Iglesia
Buena fábrica de excatolicos ha de ser ese colegio.
Leí el comunicado de estos grupos.
Conocí al cura aludido que falleció recientemente; fue capellan de mi colegio.
Su disidencia viene de casi sesenta años en este país; nació con la Teología de la Liberación y se infiltra en las mentes de la gente poco instruida con su ideología pseudoreligiosa. Tal vez sean grupúsculos, pero su discurso ha penetrado fuertemente en los círculos católicos y en la educación en colegios y universidades. Si no fuera así, no tendríamos cantidad de gente apoyando a un candidato de extrema izquierda con luces de ganar la elección, ni tampoco tanta gente avalando la violencia como método de acción politica.
Creo que más que con respuestas del tipo de las que tenemos, hay una urgente necesidad de clarificar la verdadera doctrina cristiana católica para salir y romper con esta teología nefasta. Los evangélicos tienen el mismo problema. Los cristianos por Kast son principalmente evangélicos que no están en esta ideología y que aquí en Chile están muy activos en política tratando de defender valores y vida.
Es importante que nos ayuden a rezar para que no caigamos en una tiranía comunista a la que nos quieren llevar.
Por lo que se, Kast es un buen hombre, católico observante, chonstatiano.
Lo que yo espero es que si sale elegido con tanto acuerdo con facciones que quedaron en el camino, no termine en un gobierno más de lo mismo.
El candidato Kast es liberal en lo económico, cosa que me gusta mucho, pero contradice el pensamiento de este sitio QNTLC.
Kast no es liberal en economìa. Es partidario de fomentar la actividad privada y, obviamente y aunque no lo dice con ese nombre, del principio de subsidiariedad del Estado, que son conceptos tradicionales que están en Rerum Novarum, así que no veo que sea contrario a «doctrina social de la Iglesia»; no al menos en su concepción clásica, que es lo que está escrito en esa Encíclica de León XIII y en Quadragésimo anno de Pío XI. Eso no es liberalismo económico sino un rasgo de sensatez y de clara inteligencia política; lo he escuchado atentamente y no ha defendido al liberalismo económico clásico casi nunca. Hay la costumbre de llamar «liberal» a cualquiera que no sea un zurdo estatista recalcitrante, como en la Argentina peronista se llamó «liberal» a Macri y alguno de sus partidarios, que son claramente progresistas de izquierda y «amiguistas» en economía, es decir, partidarios de intervenir «en el mercado» para salvar a los amigos, y no nada liberales. Es completamente desnaturalizado el término «liberal», que se usa nada más que para descalificar, al estilo mítico, una cosa, una idea o una persona.
Por supuesto, no es un católico tradicional; Kast es más bien un modernista algo progresista pero inteligente, que defiende ciertas cosas caras al catolicismo, como la vida y la fortuna del que la tenga; pero eso para la zurda es «liberal», porque es necesario descalificar de cualquier modo al que defienda la tradición católica de Occidente: Una familia fuerte, unida y numerosa, un respeto casi sagrado por la propiedad y una decidida protección de la Religión. Eso es así, Castellani dixit.
?Qué es ser «liberal en lo económico»?
(pero parece que no es liberal en todo lo demás, sino anticristiano)
Para religiones, ya hay un montón. No necesitamos religiones laicas en economía, política o sociedad.
El objetivo del gobierno de la nación es gobernar en beneficio de su nación. Esto es, tiene que protegerla.
Si para ello en algún momento tiene que aplicar políticas liberales en economía para obtener X resultado, !sea!
Pero los paises liberales de verdad solo lo pueden ser los que tienen una fuerte industria (y no tienen competencia extranjera), como Estados Unidos, Inglaterra cuando tenía su imperio o China. O muy pequeños y no tienen mercado para fabricar nada, por lo que tienen que vivir de comerciar lo que fabrican los demás. Un gobierno tiene que proteger su industria, porque de ahí come su Pueblo y le permite prosperar, como lo hicieron Inglaterra, Estados Unidos y China cuando su industria estaba naciendo.
Chile tiene el problema de que su economía depende demasiado del cobre, esto es, de una actividad primaria que no permite añadir ningún valor. Por mucho que quiera no puede compararse con paises con una estructura económica industrial.
Recuerde en cualquier caso que las izquierdas no quieren que prospere el obrero con su trabajo (ni que el hijo del obrero pueda ascender socialmente, por ejemplo a través de la educación), porque entonces no les vota al poder a cambio de ayudas sociales. Necesitan que el obrero pase hambre para forzarlo a hacer la revolución.
Como pasará en otras partes, el liberalismo solo se traducirá en que los ricos ganen más y que los pobres lo sean también más.
No es oro todo lo que reluce.
No me gusta que Kast sea liberal en lo económico y ajeno a la doctrina social de la Iglesia en buena medida pero lo de Boric es un mal mucho peor, porque es partidario del aborto libre, del movimiento LGBTIQ, del más tremendo anticristianismo, etc. No se puede colaborar con quien es pro aborto por ningún motivo. Kast no representa un proyecto político católico pero al menos tiene cosas rescatables aunque también tiene errores y cosas malas.
Los sacerdotes de Cristo deben ser neutrales a la hora de promocionar a algún candidato, porque tarde o temprano el candidato, que siempre actúa por motivos de conveniencia política, esto es, por egoísmo, dejará de comportarse como un católico o dejará de seguir la doctrina de la Iglesia.
Y luego, al promover a unos, automáticamente se enemistan con los contrarios.
Porque no olvide que lo que está en liza es el poder y con él la influencia y el dinero.
Así es imposible cumplir con la función encomendada personalmente por Cristo Jesús de ir a predicar
Lo que si tiene que hacer es recordar a su grey cuáles son los principios católicos, señalar en los programas electorales quienes los cumplen y quienes no y señalar a los católicos por qué les favorece a ellos y a sus familias aplicar la doctrina católica.
Recuerde que un sacerdote incardinado en su diócesis tiene una libertad económica, por pequeña que sea, para ser objetivo en este tema, pero remando hacia el catolicismo, porque para eso está y es lo que todos esperan de él.
Yo creo que la solución debe de ser como la de los judíos y otras minorías:
Grupos de fieles, especialmente los millonarios, que influyan en la sociedad católica y la defiendan, pero los clérigos nunca, salvo casos muy graves.
No estoy diciendo ni mucho menos que un sacerdote no predique contra los pecados o comportamientos pecaminosos, porque precisamente esa es una de sus funciones principales y para eso estudian teología moral.
Nótese como los teologistas de la liberación al referirse a Cristo solo lo llaman «Jesús de Nazaret» para quitarle todo carácter espiritual o sobrenatural y convertirlo asi en un simple hombre bueno, hippie, revolucionario y aagitador social de la lucha de clases. La teología de la liberacion es camino a la destrucción de la fe y de la Iglesia. En lo personal se de otrora católicos que creyeron que podia haber causa comun entre marxismo y cristianismo y hoy son ateos recalcicantes pero se visten de «católicos» cuando hay que manipular la fe en favor de movimientos marxistas y otros simplemente dejaron de creer en la Iglesia para convertirse en evangelicos protestantes.
También lo hacen con los santos.
Por ejemplo, no dicen «San Lucas», sino «Lucas». Parece que los protestantes no creen en santos y esa es la única manera de unirnos a los protestantes (ecumenismo): dejando de ser católicos.
Pero es peor, porque he observado que las congregaciones religiosas tienden también a quitar el «san» a sus fundadores. Sobre todo cuando crean fundaciones.
Por ejemplo los maristas no dicen: «San Marcelino Champagnat», sino «Champagnat» o «Marcelino Champagnat». Y esto parece general.