¿Es posible decir una herejía en el siglo XXI?
Hace ya cien años que, el famoso cardenal Louis Billot, analizando la cultura de ciertos pueblos primitivos, planteaba en un famoso trabajo -hoy casi inhallable y sólo en lengua francesa (“La providencia de Dios y el número infinito de hombres fuera de la vía normal de la salvación”, Études 161, Octobre-Novembre-Décembre 1919, París, 129-149), que gran parte de los hombres modernos eran incapaces de cometer un pecado mortal en razón del grado de barbarie antropológica en el que se encontraban.
Eran incapaces. No-podían-hacerlo.
Ahora bien, para quienes conozcan algo de la historia de la Iglesia sabrán que, en tiempos de la inquisición, sólo eran pasibles de juicio quienes hubiesen sido bautizados en la Iglesia Católica. Es decir, un judío, un musulmán, un budista o un ateo, no podían (ni pueden), formalmente hablando, caer en herejía, algo que por entonces era, al mismo tiempo, pecado y delito punible por la ley civil.
Nos explicamos: si un hijo de Mahoma dijese (ayer u hoy) que la Virgen María no fue virgen o un judío plantease que Jesús no multiplicó los panes, sino que ablandó el corazón de los israelitas para que dividieran lo que tuviesen en sus zurrones, no por ello caerían en herejía. ¿Y por qué? Porque carecen de Fe católica contra la cual se podría heretizar (herejía es “la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma”, dice el actual Código de derecho canónico, can. 751).
Ahora bien: si un católico, también en tiempos medievales, donde la sociedad era cristiana y se enseñaba verdadera doctrina católica, decía algo contra la Fe de modo pertinaz aún después de habérsele advertido, entonces no había excusa.
Y recalcamos lo de “verdadera doctrina” porque a esto vamos: ¿es posible caer HOY en herejía?
Y la respuesta inicial que a uno le viene a la cabeza, es que sí; que ¡claro!¡que está lleno de herejes y blasfemos, etc., etc.! Y estamos de acuerdo, al menos en parte.
Pero precisemos. Si uno ha escuchado en su Catecismo que “todo es misericordia”, que “todo vale”, que “Dios se encuentra en todas las religiones”, que “no es necesario misionar”, que “Jesús es uno de los tantos modos en que la divinidad se ha presentado”, etc., etc., ¿tiene realmente la Fe católica o es un simple pagano que ha sido bautizado?
A esto se refería Benedicto XVI cuando, hace unos días decía, refiriéndose al (nuevo) cisma alemán:
«No se trata de separar a buenos de malos sino a los que creen de los que no».
Y es así nomás; hay muchos bautizados que ya no creen en lo que cree la Iglesia.
Si no, basta ver lo que está sucediendo en varios lugares, algunos públicos, como lo que pasó hace días con cierta de una “organización religiosa” donde se identificaba a la Virgen María con la mismísima Pachamama (ver Aciprensa) para, luego, con total inocencia, pedir disculpas “a quienes se sintieron ofendidos por nuestra publicación” sin llegar a ver allí ni el daño realizado ni la verdad conculcada respecto de la Sagrada Revelación.
Porque una cosa es, como San Pablo, aprovechar el altar al “dios desconocido” de los atenienses en camino del Areópago y otra identificar a a Buda con Cristo, a Venus con María Magdalena y a Popeye con Sansón.
Y todo sin que se les mueva un pelo.
Es decir: ¿se puede caer en herejía la día de hoy? Creemos que, en muchos casos, no. Porque muchos no han sido educados en la Fe de la Iglesia, sino en una fe diluida, atomizada y emputecida que les impide siquiera contradecirla, por no conocerla. Y quizás, esto los salve: porque no se puede pecar contra la Fe (más que materialmente) si no se tiene la Fe.
Para quienes sí estará más difícil es para quienes tuvieron la carga de comunicar la Fe verdadera pues no podrán alegar ignorancia invencible. En fin; lo veremos, como decía Borges, en “el día ulterior que suceda a la agonía”.
Que no te la cuenten…
Javier Olivera Ravasi, SE
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Por supuesto que conocerá Cebitepal, tiene unos magníficos heréticos diplomados y cursos. Yo, con el pensamiento de escuchar lo que dicen para luego poder criticar, termine en un diplomado de teología india. Mis entrañas no tuvieron la capacidad de terminarlo, pero agarre todo el material y me mantuve en el chat que crearon hasta que me botaron por mi oposición, se acabó la tolerancia, me acusan de estar demasiado occidentalizada, y si menciono a Benedicto XVI ni hablar. Será que es herética toda la Conferencia Episcopal Latinoamericana o es que no se dan a la tarea de revisar que cosas se dicen en esos cursos?
Si, obvio, si les enseñaron otra cosa aunque estén bautizados no se les puede atribuir culpa por estar errados.
Hoy recordaba un comentario de ustedes sobre alguna enseñanza religiosa en colegios «católicos» a los que asiste la elite de este país porque ayer hubo ataques de los mismos alumnos hacia sus colegios, encapuchados y al más puro estilo del resto que hace estos desmanes. Esto ocurrió en el Verbo Divino de Las Condes y en el San Anselmo de Chicureo, Colina. Que se puede esperar si llevan años tanto la gente de Iglesia como civil llenando de paja el cerebro de los niños y jóvenes?
Precioso comentario.
Me encantó, muchas gracias padre.
Habría que distinguir ciertamente si creen:
«Hereje material es aquel que yerra en materia de fe, pero estaría dispuesto a cambiar. Muchos católicos, comenta un moralista¹, educados en la herejía desde su infancia, y que ninguna duda seria han tenido de su religión, son materialmente herejes. Al margen de estos errores principales contra la fe, tenemos: proposiciones o doctrinas que son próximas a la fe o simplemente erróneas, pero que afectan» (Fray Alberto García Vieyra, O.P. LA ESENCIA DE LA HEREJÍA PROGRESISTA )
¹D. PRUMMER. O.P. Manuale Theol. Mor. I, 367. 4)
Padre, quizás esa ignorancia los salve de la herejía, pero esa obviamente no es la única forma de pecar mortalmente. No sé a qué se refería con eso de que «quizás eso los salve»…
Está claro que a miles, o mejor dicho millones de católicos, no se los puede acusar de herejes formalmente. Pero eso no exculpa a quienes pretenden no tener que rendir culto a Dios, a los que desafían las leyes naturales, apoyan la contranatura, etc.
La ley natural está infusa en todo hombre. Por más mal que estemos, nadie está excento de tener cumplir con los deberes más elementales para con El Creador.
Hoy, la herejía modernista, con su misercordismo absoluto, nos propone justamente eso: nadie puede ser malo, todos somos buenos a nuestra manera.
Imagínense el dulce que hace mandinga con esa idea (o ideología mejor dicho)
Saludos
Pedro