Brevísima relación de la homo-herejía en Chile. El caso de PADIS+

Acerca de la homo-herejía ya hemos hablado otras veces en este sitio (vgr., hace poco, aquí).

Compartimos ahora un escrito de pluma ajena que nos ha llegado a nuestro sitio, puntualmente, de quienes, alejados de la doctrina de la Iglesia, quieren implantar «un nuevo paradigma».

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi, SE

El Espíritu Santo, y nosotros mismos, hemos decidido no imponerles ninguna carga más que las indispensables, a saber: que se abstengan de la carne inmolada a los ídolos, de la sangre, de la carne de animales muertos sin desangrar y de las uniones ilegales. Harán bien en cumplir todo esto.
(Hch. 15, Concilio de Jerusalén) 

            A principios de junio la Conferencia Episcopal de Chile (CECH) emitió un comunicado ante la tentativa gubernamental de crear una ley de “matrimonio” homosexual. En él, los obispos no hicieron más que transmitir la Verdad de la Palabra de Dios y la Tradición de la Iglesia sobre este tema. Además, Juan Ignacio Gonzáles, obispo de san Bernardo, añadió a este material una selección del Catecismo de la Iglesia Católica en torno al matrimonio y la familia. En resumen, los documentos indican que el Matrimonio es entre un hombre y una mujer pues Dios varón y mujer los creó, les dijo que serán una sola carne y sean fructíferos y multiplíquense.

            Sin embargo, estas verdades tan evidentes y sublimes no les bastan a los activistas de la homo-herejía que invierten tanto empeño en cambiar la Fe de la Iglesia con sus diatribas victimistas, anárquicas y soberbias como las que volcara la Pastoral de la Diversidad Sexual (PADIS+) en su documento “Nuestra respuesta a la declaración del Comité Permanente del Episcopado”.

            Este pronunciamiento de PADIS+ no es un hecho aislado. Tiempo ha, cuando la Congregación para la Doctrina de la Fe dio su Responsum sobre la imposibilidad de bendecir parejas homosexuales, esta verdadera secta manifestó su desacato a la definición vaticana. A ella se sumaron declaraciones de Mujeres Iglesia y hasta una carta de la Congregación de los Sagrados Corazones en rechazo a la reiteración dogmática que consideraron discriminadora.

La PADIS+ no puede entenderse como entidad e ideario fuera del concierto del progresismo que, como hemos visto en artículos anteriores, es fundamentalmente de izquierdas y antirreligioso. Es importante aclarar esto pues, lo que en cristiano se llama sodomía forma parte de una de las tantas innovaciones que quieren introducir en la Iglesia, innovaciones que pese a ser diversas – ¡qué irónico! – pasan coladas tras un velo de “justicia social”. Así, quienes se llenan la boca insultando a los ricos desde sus “Comunidades Eclesiales de Base”, bautizadas con nombres de “curas obreros” y “obispos del pueblo”, se hacen los desentendidos cuando PADIS+ se arroga una amplia representación de los católicos, lo que no es más que pura ficción, y no sólo en términos cuantitativos… Según su propio sitio web, la “pastoral” reconoce su casa en la CVX, Comunidad de Vida Cristiana. La CVX se conforma de comunidades que comparten los Ejercicios Espirituales de san Ignacio y la “opción preferencial por los pobres”. Son directamente dependientes de la Compañía de Jesús y sus miembros provienen preferentemente de sus colegios de alcurnia. Algo similar sucede con la Congregación de los Sagrados Corazones, que tanto apoyo ha brindado a las declaraciones de PADIS+. Sin embargo, cuando algún Schoenstattiano o del Opus Dei (como el obispo de San Bernardo) hace declaraciones dogmáticas tradicionales, se le descalifica debido a su “cuna de oro”. ¿Acaso creen que los Puga, los Walker, los Bolton y los Berríos nacieron en los suburbios? ¡Su criterio de cristiandad no es más que una categoría de clase, y sus paladines de ayer y hoy son los nietos de los “explotadores” de antaño… aunque les duela!

PADIS+, como representante de las minorías sexuales, es -valga la redundancia- una minoría. Es una insignificante organización que no tiene impacto en la Iglesia de no ser por los medios de comunicación agentes del progresismo. En términos reales, los católicos que van a misa todos los domingos, que se confiesan, que asisten a las peregrinaciones, que pagan su 1% y que hacen caridad sin ostentación vanidosa, y aquellas viejitas beatas que hacen el Mes de María, mantienen la oración constante en los templos y la trasmisión de la fe en los hogares, no tienen idea de que hay sacerdotes y “laicos comprometidos” queriendo hacer una “nueva iglesia”. Así, PADIS+ es una parcialidad ajena a la Iglesia, vinculada a ella marginalmente mediante grupos particulares de algunas espiritualidades que a su haber cuentan con rasgos propios de la “filosofía” posmoderna, la ideología de género, el secularismo y el marxismo; y si trazáramos su ascendencia ideológica hasta un siglo atrás, claramente se ve que son los vástagos del modernismo.

            Pero basta de ninguneos. Pasemos a desmentir algunos de los argumentos que esgrime PADIS+. Ellos dicen que parte de la jerarquía de la Iglesia Católica chilena no está atenta a los signos de los tiempos. En primer lugar, se equivocan al dividir la Iglesia. Esa “parte” de la jerarquía es nada menos que todo el Episcopado del país. En segundo lugar, interpretan impíamente los signos de los tiempos de los cuales habló Jesús profetizando la destrucción de Jerusalén y su Segunda Venida. Creen que hay que adecuarse al devenir de la historia y de la sociedad que progresa indefinidamente, pero es un completo error. Tal razonamiento conlleva necesariamente la negación de la Escatología, materia de Fe presente en las propias palabras de Cristo, en el Credo y en el rito de la Comunión en la Liturgia. Para PADIS+, algo tan misterioso como las señales de las postrimerías no son más que formas de expresar cambios ideológicos, antropológicos y morales directamente contrarios a la Iglesia a la que dicen pertenecer.

Su secularismo es tal, que ni el mismo Cristo goza entre ellos de la infalibilidad que su propia esencia divina le otorga. Así, pues, continúan estos heréticos sus críticas a la Jerarquía Católica diciendo que no considera los cambios en la mirada antropológica y que pretende cerrar la discusión (…) en vez de abrirse a una discusión acorde a la teología actual. ¿Quién les dijo que el Episcopado es una instancia de investigación cultural y debate? ¿Acaso se imaginan una asamblea constituyente? Lo que está defendiendo el Episcopado en el caso particular no se discute, pues cuando los jerarcas no hacen más que reiterar la Doctrina Apostólica se les debe acatar enseguida porque sus exhortaciones son la voz de la Iglesia, y la Iglesia es Santa y Novia de Cristo Dios; está completamente cerrada a discutir sobre la fidelidad a su Amado y no necesita de nuevas “teologías” para conocerlo íntimamente. Sus mencionados cambios antropológicos son una afrenta para el Hijo del Hombre; Él es toda la antropología que los cristianos necesitan saber para ser santos. Cualquier otra concepción blasfema contra la Cristología católica, ya definida en los primeros siglos y por la que miles de cristianos han entregado su sangre a través de la historia. Por estas y otras razones la Jerarquía Eclesiástica no puede hacer cambios ni los teólogos arrogarse la potestad de pasar por encima del magisterio, que son los obispos. La teología académica desmembrada de la Liturgia y la piedad tradicional lee la Escritura como si se tratara sólo de un texto humano y la ocupa como fuente de pretextos varios e impíos sólo para exhibir las acrobacias de su lógica soberbia, y en tanto pecaminosa, satánica.

            A PADIS+ le preocupa que la CECH se arrogue la voz de todos los católicos, cuando la Iglesia la componen comunidades de base, organizaciones laicales, pastorales en parroquias, religiosas y religiosos, católicos que muchas veces, reflexionando desde su recta conciencia, no son escuchados. Claramente ellos se figuran que la Iglesia funciona como una institución meramente humana regida por un sistema democrático. Sin embargo, no es así. Fue Cristo quien eligió a sus apóstoles, no ellos a Él. La comunidad de Jerusalén era regida por los apóstoles. San Pablo después del bautismo, no buscó el reconocimiento de su “comunidad de base”, sino que acudió a los apóstoles pilares de la Iglesia. Cuando los Corintios manifestaron problemas, el Apóstol no “dialogó” con ellos, sino que les enseñó y corrigió. Por último, hasta el Vaticano II, el único concilio que el progresismo se atreve a citar, en el capítulo III de Lumen Gentium se refiere a la constitución jerárquica de la Iglesia, especialmente los obispos. Ahora bien, a propósito de la apelación de PADIS+ a la pretendidamente infalible “recta conciencia”, hemos de recordar que en la Iglesia las interpretaciones no son personales, y mucho menos de mítines ideológicos agrupados por tal o cual “discriminación”. Para eso están las ONG. La Iglesia está para adorar a Dios y salvar las almas.

Cuando PADIS+ afirma que la declaración de los obispos sigue manipulando a los laicos, tratándolos como niños, diciendo lo que tienen que pensar y decidir, parecieran no darse cuenta de que para entender el pronunciamiento episcopal sólo hace falta saber leer, y eso es algo que a los niños se les enseña desde kínder; los únicos que infantilizan son ellos, los activistas de la homo-herejía, que se creen adultos en la fe, pero no respetan lo más mínimo de la experiencia cristiana de los 2000 años de la Iglesia en todo el orbe. Punto seguido, dicen que la palabra de los obispos no es la palabra de Dios. Sin embargo, para su mala suerte, todo lo que en la declaración se lee son citas de la Escritura y la Tradición, así que cuando los obispos dicen hombre y mujer los creó, su palabra es literalmente Palabra de Dios; pueden buscarlo en Génesis. Los obispos no han inventado nada.

            La declaración de PADIS+ hace muchas otras falaces acusaciones, pero pienso que no vienen al caso pues son temas vinculados al laicismo del Estado, lo cual no estoy en condiciones de analizar. Baste señalar que al momento del envío de este escrito se registran apenas 5195 firmas de apoyo, y esto a más de un mes del comienzo de su recolección. Es decir, se confirma que son una minoría, apoyados principalmente por la “tolerancia” en boga, pero no por los católicos de siempre. Son una completa infiltración, y la homo-herejía que promueven en ningún caso representa la voz del “pueblo de Dios” ni de las “periferias existenciales”, sino sólo un peligroso engaño para las almas de buena voluntad que por la Gracia de Dios practican la fe cristiana como siempre se ha hecho y como se continuará haciendo hasta la Venida de Nuestro Gran Dios y Salvador Jesucristo.

“…todos los pecados contra naturaleza, como fueron los de los sodomitas, han de ser detestados y castigados siempre y en todo lugar, los cuales, aunque todo el mundo los cometiera, no serían menos reos de crimen ante la ley divina, que no ha hecho a los hombres para usar tan torpemente de sí, puesto que se viola la sociedad que debemos tener con Dios cuando dicha naturaleza, de la que él es autor, se mancha con la perversidad de la libídine”. (San Agustín, Confesiones III. 8,15).

Pablo Sepúlveda

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