Fidelidad: la fe cristiana ante el progresismo
(desde Chile) Por Pablo Sepúlveda para Que no te la cuenten
…tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. (Jud. 17-18).
En una publicación anterior (https://www.quenotelacuenten.org/2021/03/03/de-un-arrepentido-apuntes-sobre-el-progresismo-cristiano/) apunté algunos de los rasgos más vistosos y escandalosos del progresismo “cristiano” -según lo que yo mismo he observado en el contexto de las protestas en Chile, desde 2019 hasta hoy-. Aquella corriente se fundamenta, en líneas generales y tras sus velos “humanitarios” y “religiosos”, en un manifiesto e incontestable activismo -cuando no militancia inscrita-, partidario de un sector específico de la cultura política presente.
El progresismo “cristiano” reclama la “realización” de los Mandamientos de Cristo en su “verdadero sentido”, prescindiendo de todos los aspectos dogmáticos, doctrinales y místicos, en búsqueda de una ética supra gubernamental de los Derechos Humanos, como si en ellos residiera la perfecta observancia de la Ley de Dios para el “mundo de hoy”. Han desestimado el camino angosto, prefiriendo marchar sobre anchas avenidas, vociferando consignas de las pútridas tendencias del mundo.
Estos agitadores dicen interpretar una realidad que, evidentemente, no creen que existe, valiéndose de trabalenguas capciosos para infiltrar de indefinición toda institución humana y, en el caso de la Iglesia, divina. Además de renegar del cristianismo basándose en epistemologías ateas, balbucean una crítica simplista y monotemática que linda en lo obsesivo.
Pero aún guardan estos pillos, en su aljaba de dardos punta plástica, una reserva: el historicismo. Y en base a esta ceguera materialista se atreven a decir que el cristianismo es fruto temporal de un contexto culturalmente determinado, allá por la Palestina del siglo I. En seguida, escinden la Iglesia al distinguir y oponer una teología paulina a otra joánica y a otra petrina -haciendo de los apóstoles mundanos parceleros de la religión o preceptores de escuelas-, contaminando con su peste cismática al mismísimo cimiento de la Iglesia, evitando las palabras de Cristo dirigidas a Pedro: confirma en la fe a tus hermanos (Lc. 22:32).
A diferencia de este grandísimo apóstol, maestro del arrepentimiento y del martirio, los progresistas “cristianos” no quieren confirmar nada, sino que “revisar” y “reinterpretar” la Tradición Apostólica y las Sagradas Escrituras, como si solo de textos humanos se tratará.
No nos dejemos engañar, los filósofos son niños hasta que llegan a ser hombres a través de Cristo. Porque la verdad no es solamente pensar[1]. Nuestros arrogantes “intelectuales” y sus imposturas, hoy progresistas, se entregan al hedonismo de una falsa “liberación”, sin saber que, en tanto hombre, el filósofo debe ser ante todo libre, y que debe huir de ser esclavo de las pasiones[2]. Son críos de una cultura que no reconoce esencial la continencia, la templanza ni la oración. No se saben creaturas.
Con el eslogan “crisis de la iglesia” sustentan en gran parte estos ánimos heréticos, aprovechando las abominaciones sexuales protagonizadas por miembros del clero como “caballo de Troya”, cuyo interior rebosa del ideario antirreligioso. A partir de aquellos hechos francamente demoníacos, el progresismo se ha creído autorizado para importar su diatriba insufrible sobre el “poder”. En su lógica expediente, aseguran que dichos abusos serían intrínsecos a una Iglesia que, de suyo, sería “patriarcal”, “misógina”, “represiva” y “medieval”, en la que el célibe sería la más palmaria encarnación de su malicia, siendo al mismo tiempo sometido y probable perpetrador.
De esta manera, el “Camino Sinodal Alemán”, que comenzó por generar protocolos de prevención de abusos, hoy decanta en genialidades tales como querer ordenar mujeres al sacerdocio, casar homosexuales y dar la Comunión a los cismáticos incrédulos de la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía.
Pero no vayamos tan lejos. Aquí mismo, en Chile, en ejemplo vergonzoso del pecar contra el sexto Mandamiento en que caen sacerdotes, se puede asistir hoy a “misas por la diversidad”, organizadas por la “Pastoral de la Diversidad Sexual” (PADIS), afiliada a la “Global Network of Rainbow Catholics” -Red Global de “Católicos” Arcoíris-.
Mientras esto sucede, otro grupo pulula en parroquias, universidades, instituciones católicas y en el seno de congregaciones religiosas: “Mujeres Iglesia”, cuya última declaración pública, mediatizada por el periódico digital antisacerdotal “Kairós News”, “solidarizaba” con la “comunidad” LGBT, que se habría “sentido discriminada” por el responsum que la Congregación para la Doctrina de la Fe definió sobre la cuestión de si la Iglesia tiene o no la potestad de bendecir uniones homosexuales. Respuesta que, naturalmente, fue un rotundo “no”.
El progresismo “cristiano” en Chile no se entiende hoy fuera del contexto del “estallido social”, acontecimiento al que invocan como suerte de “catarsis” social, que también “interpela” y “desafía a la Iglesia”. La Plaza Baquedano, popularmente conocida como Plaza Italia, otrora epicentro de celebraciones nacionales multitudinarias, desde el 18 de octubre de 2019 es escenario de enfrentamientos entre Carabineros y “manifestantes”, quienes, en su afán iconoclasta, han pretendido rebautizar el lugar como “Plaza de la Dignidad”, sin ofrecer ni una partícula de lo que por “dignidad” podrían entender.
Bajo el impulso de este hito, el progresismo académico se embarcó en la “reflexión”, de la que uno de sus paladines, Álvaro Ramis -“teólogo” miembro del directorio de Kairós News y Rector de la Universidad Academia Humanismo Cristiano, conocido reducto de anarquistas y nihilistas radicales, y donde hace mucho no se ha visto algún cristiano-, concluyó una “Teología de la Plaza Dignidad”, “palpable en todos lados” [3], argumentando que demandar “dignidad” era una “apelación teológica”, una acción sagrada en respuesta a los abusos del “sistema”.
Producto del descalabro político y la debacle moral, nos hallamos hoy en un proceso por el que se pretende redactar una Constitución Política nueva, con la que las fuerzas liberales, tanto de derecha como de izquierda, cuentan para legalizar el aborto en todas sus “causales”, e imponer la ideología de género y su neo lengua “inclusiva” desde el Estado.
Se nos imputará falsamente de fóbicos, como acostumbra hacer la “tolerancia” en boga, pero no son fobias ni sentimentalismos pasajeros lo que nos motiva a seguir fieles, sino que es Nuestro Gran Dios y Salvador Jesucristo. No tememos por nosotros, rebaño pequeño (Lc. 12:32), sino por aquellos que todavía no comprenden la deshumanización que intentan operarnos: se atomiza al hombre, desarraigándolo de su comunidad, de su familia y de Dios, que lo creó. El progresista, travestido de sucesivas ideologías, acabará por no reconocer su propio rostro.
Seamos cristianos, dejemos a los zelotes jugar a la guerrilla. Conservadurismo, integrismo, humanismo y progresismo no son más que rótulos profanos, entre los que cabrían otros más -por qué no-, en los que la cristiandad se ha desenvuelto a lo largo de la historia, con distintos resultados. Pero no son en sí la esencia perenne de la Palabra de Dios. Cambiar la doctrina cristiana según las vanas filosofías y huecas sutilezas (Col. 2:8) que hoy avasallan, copan y asolan, es el mayor daño que puede hacérsele al hombre creado a imagen de Dios, pues el fin de la vida cristiana no es “deconstruirse”, sino alcanzar la semejanza con Aquel que nos amó primero (1 Jn. 4:19) pues nos amó hasta el extremo (Jn. 13:1), hasta la muerte ¡y muerte de cruz! (Flp. 2:8).
Stat Crux dum volvitur orbis[4]
Por Pablo Sepúlveda
[1] San Clemente de Alejandría, citado en “El prólogo de Ohrid. Vida de los santos, reflexiones y sermones para cada día del año” por san Nicolai de Ohrid y de toda América. Editado por la Diócesis de Buenos Aires, Sudamérica y Centroamérica de la Iglesia Católica, Apostólica, Ortodoxa del Patriarcado Serbio. 2015.
[2] San Nilo de Ancira. “Tratado ascético”. Ed. Ciudad Nueva, Madrid (España), 1994.
[3] Declaraciones de Álvaro Ramis en el evento “Renacer profético”. 1 de diciembre de 2019. Noticia cubierta por Kairós News. https://kairosnews.info/nuevos-y-solidos-aportes-en-el-renacer-profetico-2019/ .
[4] Lema de la Orden Cartuja. “La Cruz estable mientras el mundo da vueltas”.
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Una reflexión sobre estos tiempos de apostasía generalizada excelente en contenido y forma. Dios nos de la perseverancia!
Es muy feo lo que pasa en mi país pero yo no le daría una explicación tan sofisticada. En los años sesenta del siglo pasado entró esta corriente de interpretación marxista del mensaje evangélico. Entró en las universidades, en los colegios y en las parroquias, imagino que también en los seminarios, por lo menos lo hizo entre algunas monjas, mundo para mí más cercano. Tema relevante en la descomposición política del país fue el Partido Demócrata Cristiano con su filosofía ambigua que cada vez avanzaba más hacia la izquierda. A partir del quiebre institucional producido en 1973, los militares tomaron el poder. Durante esos años fue un tiempo en el que, por lo menos abiertamente, no se pudo seguir avanzando tan rápidamente en el tema ideologico pero, a nivel universitario ya se hablaba de la teoría de la modernización y se relativizaba a la familia hablando de los distintos tipos de familia no tan descarado como ahora. Me consta porque en ese tiempo hice un magister en Ciencias Sociales y un post título en familia. El primero en la Universidad de Chile, el segundo en la Universidad Católica. Conste que desde los años sesenta, lo que enseñan una y otra no se diferencia mucho. Por ejemplo, jamás tomaría yo un curso de teología en la Universidad Católica.
Llegado el gobierno civil, nuevamente en manos de la izquierda, moderada, pero izquierda al fin, empezó el proceso educativo que nos tiene ahora en lo que estamos. En Chile en educación no se escuchan voces de maestros, ni en la universidad ni en los colegios ni en el plano de la Iglesia Católica. Según mi parecer, esta última ha ido desde opinar de todo, muchas veces casi como un partido político más, pasando por los problemas de pedofilia que la desacreditó al ser tan abundantes, al silencio más absoluto de hoy. En el momento actual, se escuchan voces de ideologos que han ido imponiendo su pensamiento cada vez más radical y eso ha hecho que estemos sumergidos en el caos de hoy. Caos político, caos social y caos económico. La manera de pensar de derecha e izquierda no se diferencian y cada parlamentario electo hace lo que quiere y vota como quiere sin tener en cuenta a sus electores.
El estallido de Octubre 2019, fecha muy significativa, para mí es de dudosa espontaneidad. Apareció primero con el asunto del precio del metro, después con las asonadas en Plaza Baquedano, después vino esta manifestación del millón de personas y hasta la fecha, a pesar de la «pandemia» ha seguido agudizandose junto con la guerrilla en el sur, la delincuencia y el narcotráfico en las ciudades y el desbordamiento migratorio en el norte. A esto se añade un gobierno débil o comprometido con algo, parlamentarios decadentes e irresponsables y la coercion cada vez mayor por parte de los movimientos violentistas respaldados por el PC y la ultra izquierda.
Ese es el panorama de mi país, muy negro. Una juventud ignorante que se mueve por consignas, una clase política que se mueve por intereses distintos al del bien común y sin principios y una masa de gente que se mueve sólo por tener más. Creo que es el único país del mundo donde estamos todos encerrados acusándonos unos a otros de infringir las disposiciones sanitarias sin reclamar de este atentado contra nuestras libertades, en que la subsecretaria del delito anda persiguiendo infractores sanitarios mientras en todo el país arde Troya entre delincuentes, narcotraficantes y guerrilleros. Pero si pueden suspender un matrimonio religioso que en vez de cinco personas tiene doce de aforo, en un templo en el que pueden caber por lo menos mil personas y llevarse detenido hasta el cura a la comisaría.
Así estamos. Lamentable
….»Os aseguro que Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí son ladrones y saqueadores, pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta, si alguno entra por mí, se salvará;entrará y saldrá y encontrará pasto. El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y vida abundante. Yo soy el Buen Pastor El Buen Pastor da su vida por las ovejas. El asalariado, que no es pastor ni las ovejas son suyas, cuando ve venir al lobo abandona las ovejas y huye, y el lobo las arrebata y dispersa……»(jn.10, 7-12)
?Por que «progresismo»?
«Progresismo» es una manipulación para meternos por las narices lo que alguien muy poderoso y muy influyente (como SOROS) decide lo que es «progresista» que, casualmente es antioccidental, anticristiano y antinacional.
Se trata de que no pienses y obedezcas lo que se te ordena porque…
?quien quiere ser «atrasista»?
En Estados Unidos a estos les llaman «liberals»; curiosamente, porque no quieren que seas «libre», ni que pienses por ti mismo ni que defiendas tus intereses.
El «progreso» era el dogma de los masones para justificar sus tropelías contra la población inocente.
Pero el «progreso» era exclusivamente económico, resultado no, como equivocadamente creían los masones y los ilustrados de pacotilla, del «librepensamiento» anticatolico, sino del fomento de la actividad económica aplicando la técnica (en menor medida la Ciencia y nada de filosofía )
Hoy dan una vuelta más de tuerca y ya no importa que no progreses económicamente (mejor que seas pobre, porque solo se puede manipular a los necesitados. Los estómagos llenos son olvidadizos) ni que pienses «libremente» (aunque sea anticatolicamente). Los que piensan dudan y los que dudan son malos obedientes.
Así, de esta manera tan ignominiosa, termina la gloriosa civilización occidental.
Victima de haber olvidado a su Dios y de la soberbia de haber comido del árbol de la Ciencia del bien y del mal sin haber comprendido ni papa.
Un castigo merecido.
Lo que uno espera es que el daño que cometen lo sufran únicamente ellos y no, como siempre, los demás.
Maravillosa exposición de ideas. Ojalá llegue a los jóvenes a quienes les tienen los ojos vendados.
Chile ya está casi perdido y no veo gente que defienda la fe en Nuestro Señor Jesucristo.
Que Dios conduzca. Viva Cristo Rey
De primera!!👌
De primera! 👌