¿Debe existir, en realidad, una absoluta libertad de expresión?
El tema de la censura, en estos días, ha sido noticia: censuras contra Trump, censuras contra canales como Life Site news, censuras contra sacerdotes, censuras de día, censuras de noche… ¡Si hasta a nosotros mismo nos ha tocado! Y no fueron pocos los católicos bienintencionados que, con el fin de defender la verdad y el bien, corearon rápidamente que «la libertad de expresión es sagrada».
(por cierto, hoy hablaremos del tema con el Padre Raúl Sánchez, en vivo, aquí:
Ahora, fuera de la inquisición progre y su cosmovisión laicista, que aplica la censura sin problemas de conciencia (pues no la tiene) la pregunta es ¿debería existir una absoluta libertad de expresión?
Y la respuesta ya la ha dado la Iglesia hace años en un texto claro como los de antes, hoy olvidado. Aquí lo dejamos para,
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
León XIII, Encíclica Libertas preaestantisimum. Sobre la libertad y el liberalismo
«Resulta casi innecesario afirmar que no existe el derecho a esta libertad cuando se ejerce sin moderación alguna, traspasando todo freno y todo límite. Porque el derecho es una facultad moral que, como hemos dicho ya y conviene repetir con insistencia, no podemos suponer concedida por la naturaleza de igual modo a la verdad y al error, a la virtud y al vicio.
Existe el derecho de propagar en la sociedad, con libertad y prudencia, todo lo verdadero y todo lo virtuoso para que pueda participar de las ventajas de la verdad y del bien el mayor número posible de ciudadanos. Pero las opiniones falsas, máxima dolencia mortal del entendimiento humano, y los vicios corruptores del espíritu y de la moral pública deben ser reprimidos por el poder público para impedir su paulatina propagación, dañosa en extremo para la misma sociedad.
Los errores de los intelectuales depravados ejercen sobre las masas una verdadera tiranía y deben ser reprimidos por la ley con la misma energía que otro cualquier delito inferido con violencia a los débiles. Esta represión es aún más necesaria, porque la inmensa mayoría de los ciudadanos no puede en modo alguno, o a lo sumo con mucha dificultad, prevenirse contra los artificios del estilo y las sutilezas de la dialéctica, sobre todo cuando éstas y aquéllos son utilizados para halagar las pasiones.
Si se concede a todos una licencia ilimitada en el hablar y en el escribir, nada quedará ya sagrado e inviolable. Ni siquiera serán exceptuadas esas primeras verdades, esos principios naturales que constituyen el más noble patrimonio común de toda la humanidad. Se oscurece así poco a poco la verdad con las tinieblas y, como muchas veces sucede, se hace dueña del campo una numerosa plaga de perniciosos errores. Todo lo que la licencia gana lo pierde la libertad. La grandeza y la seguridad de la libertad están en razón directa de los frenos que se opongan a la licencia. Pero en las materias opinables, dejadas por Dios a la libre discusión de los hombres, está permitido a cada uno tener la opinión que le agrade y exponer libremente la propia opinión. La naturaleza no se opone a ello, porque esta libertad nunca lleva al hombre a oprimir la verdad. Por el contrario, muchas veces conduce al hallazgo y manifestación de la verdad» (Libertas, n. 18).
– CURSOS https://cursos.quenotelacuenten.org/
– Editorial y librería: https://editorial.quenotelacuenten.org/
– Youtube: AQUÍ y active la campanita.
– Whatsapp: Haga clic AQUÍ y envíe un mensaje con la palabra ALTA.
– Telegram: Suscríbase al canal aquí: https://t.me/qntlc
– Twitter: https://twitter.com/PJavierOR
– Para donaciones: AQUÍ
Ud. está recibiendo esta publicación porque aceptó su envío.
Buenísimo, Padre.
Muy esclarecedor el fragmento de esta encíclica.
Muchas gracias.
Gracias por todo el esfuerzo que hace y gracias por mantenernos informados, así como Luis Román de Conoce, ama y vive tu fe, podrían usar la plataforma de Rumble para subir también sus videos y no se los censuren, hasta ahora. Saludos desde México
Muchas gracias Padre Javier. De todo corazón le agradezco a Dios pórque nos bendice con Sacerdotes cómo usted para adoctrinarnos a los que nada sabemos de la Iglesia que Jesús nos dejó aquí en la Tierra o re-adoctrinarnos a los que por pereza o doctrina mal aprendida no continuamos alimentando nuestra catequesis tan necesaria para el alma.
Yo creo q si tiene uno q tener libertad de expresión de decir la verdad aunque sea muy dura fuerte. Un fuerte abrazo y bendiciones Saludos padre Javier
Le agradezco que defienda los valores fundamentales como la vida humana desde la concepción y la familia tradicional. Si bien censurar la verdad no está bien no olvidemos que quien colabora para el mal esas personas se las verán con Cristo en el juicio del Señor.
Lo malo de esta censura progre es que busca ensalzar la mentira y ocultar la verdad, las opiniones contrarias; censura las voces de gente con mucha capacidad intelectual y experta en diversas áreas porque desnudan los planes totalitarios; es la misma censura que aplican en China o Cuba ahora extendida al globo terráqueo; es la censura de las mafias internacionales; de los amos de la prensa mundial, y esto de la prensa no es nada nuevo, lo que pasa es que hoy día se ve más claro el poder que tienen, es la misma que desde que apareció buscó manipular la opinión pública, ya desde la revolución francesa, es la que protege los crímenes del terrorismo marxista y del liberalismo; es la que persigue y desacredita a la Iglesia…
Estimado Padre: Por si fuese de interés, aquí se encuentra una notable conferencia del Prof. Dr. Félix A. Lamas sobre el tema de la libertad de expresión: http://www.viadialectica.com/conferencias/expresion_libertad.pdf
Muy agradable la tertulia. Espero hagan suficiente penitencia para que se pueda nuevamente contar con sus estupendos comentarios y enseñanzas.
Muy acertado citar la Enciclica. Esta muy claro el texto y muy iluminador en estos momentos de tanta oscuridad. Mil gracias por su labor, es un apostolado magnífico.
No solo por la libertad de expresión, sino por el derecho de propiedad privada, la economía, política y moral, no vendría mal leer esta encíclica a muchos «católicos» liberales
Muchas gracias a los dos. Siento un profundo respeto por los sacerdotes. Sólo con los años de seminario ya es para quitarse el sombrero ante ustedes. A parte de los otros estudios que puedan tener. Es cierto que hoy , cualquier ignorante que no sabe hacer la o con un canuto, se cree capacitado para cuestionar a los sacerdotes,con todos sus años de formación y estudio, porque ya no se les respeta. Es terrible.
Sencillamente…excelente!! Gracias P. Javier O R
El decreto Inter Mirífica del CVII (tan poco logrado en otros renglones) de 1964 ofrece una perspectiva no tan desacertada sobre la postura católica en materia de libertad de prensa y posible censura.