Imposición cultural sodomítica y pro-pedofílica
Del Diccionario de la Real Academia Española
Imposición: 1. f. Acción y efecto de imponer o imponerse.
Ideología: 1. f. Conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político, etc.
Sodomía: (De Sodoma, antigua ciudad de Palestina, donde se practicaba todo género de actos deshonestos).
Pedofilia: 1. f. Atracción erótica o sexual que una persona adulta siente hacia niños o adolescentes.
Dejamos aquí dos cosas: 1) La imagen que va cambiando (en cuadro fijo y de modo permanente), en distintos periódicos digitales de nuestro país, referido al Banco de la Nación Argentina.
2) La imagen de portada del nuevo film de Netflix, titulado Cuties, donde se sexualiza a niñas pequeñas para, poco a poco, imponer la pedofilia.
Como vemos, el martilleo «cultural» es incesante aunque no todos lo perciban…
¿Será que nos quieren sugerir algo…?
Por las dudas, no miremos a través de la ventana de Overton, no sea que nos suceda como a la mujer de Lot (cfr. Gén 19,26).
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
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La peor de las condenaciones les va a caer.
«En verdad, os digo, si no volviereis a ser como los niños, no entraréis en el reino de los cielos. Quien se hiciere pequeño como este niñito, ese es el mayor en el reino de los cielos. Y quien recibe en mi nombre a un niño como éste, a Mí me recibe. Pero quien escandalizare a uno solo de estos pequeños que creen en Mí, más le valdría que se le suspendiese al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y que fuese sumergido en el abismo del mar. ¡Ay del mundo por los escándalos! Porque forzoso es que vengan escándalos, pero ¡ay del hombre por quien el escándalo viene!»
Para mi, todo lo «valórico» que se quiere imponer hoy en día través de la cultura, reforzada por la legislación en tal sentido, me parece aberrante.
Quiero contar mi experiencia respecto de las pantallas y tiene que ver precisamente con las misas virtuales y la convivencia con estos tipos de contenidos. En mi ciudad Paraná, Entre Ríos, como en muchas localidades del país, desde el 11 de marzo no se ha podido celebrar misa de manera presencial; por lo que muchas de nuestras parroquias comenzaron a transmitirlas vía streaaming.
En mi casa montamos frente al televisor un pequeño altarcito donde depositábamos una botella de agua que, al final de la misa era bendecida, también de manera virtual. Nos sentíamos satisfechos de cumplir con el Sagrado Culto de la celebración de la Eucaristía.
En mi parroquia, cumpliendo con el protocolo impuesto por el DNU presidencial, no se celebraron misas desde entonces (aclaro que, si de manera virtual). Pero hubo otros valientes sacerdotes que, a modo de los primeros cristianos, continuaron celebrando misa, de manera privada, con sus fieles.
Para quienes nu tuvimos esa suerte, han sido seis meses de «misa por TV»; donde uno tiene ya una amplia oferta de horarios, calidad de imagen y hasta estilo de prédica por parte del celebrante. Y hasta ahí, todo bien.
Pero, en un momento de oración y meditación, comencé a visualizar el entorno de mi templo hogareño. Y pensé, el Sábado pasado (porque desde hace muchos años, por cuestiones de ende laboral optamos por esa misa) luego de la misa nos juntamos con mis cinco hijos (ellos viven con nosotros) a comer pizza y beber cerveza en el mismo lugar donde participamos de la misa……. a eso en el templo no lo hago.
Y pusieron mis hijos, para amenizar la cena, música en Youtube, en el mismo TV donde celebramos misa. Y donde el mensaje de la sucesión aleatoria de videoclips y las publicidades intercaladas no iban precisamente en consonancia con lo que había predicado el sacerdote. Y pensé, eso en el templo no sucede.
Finalmente hice un breve raconto de las horas que se pasa frente a ese improvisado templo y cuál es el mayor uso que se da en lo cotidiano. Y me planteé: «Qué no hemos dejado hacer!!!!». En qué lugares se celebran misas así!!!!! Y la respuesta que me vino a la cabeza me asustó.
Abreviando la historia, y raíz de esto intenté un humilde movimiento en mi ciudad que comienza materializarse con la creación de un grupo de Facebook llamado Misa Paraná, desde donde se ha intentado movilizar a la ciudadanía laica a reclamar por el derecho de asistir a misa y celebración de todos nuestros sacramentos en nuestros Templos, que son el lugar consagrado para que celebremos «el cielo en la tierra».
Amigo, fue de lo primero que se observó al comenzar con esta locura de encierros llamadas cuarentenas. Que estabamos como en China, sin poder circular sin permisos, encerrados, vigilados por un ciberpatrullaje estatal, conculcados los derechos constitucionales, sin ver a tus familiares, sin poder viajar, y entre otras sin poder celebrar la misa. Y le aseguro que cuando llegué a ese momento de revelacion, tal como le paso a ud, se me erizó la piel. Me dije entonces para mi mismo: «esto es lo que estan buscando, esto es lo quieren» «este es el objetivo grande, desarraigarnos de DIOS, paralizar al pueblo cristiano, el enemigo mayor de estos seres miserables que nos gobiernan». «Anestesiarnos»
Le aseguro que en ese momento se me cayo la ficha como suelen decir, y nos aferramos mas aun. Fuimos encontrandole la vuelta, hablando en casa con los chicos, viendo la misa por la tv, o asistiendo por los horarios reducidos.
Los felicito al pueblo Cristiano de Paraná y su amor a Nuestro Señor en estos momentos y la pelea que estan llevando.