Mons. «Tucho» Fernández y el aborto
Mons. Tucho Fernández no será -como su antecesor- Mons. Aguer; pues Dios no nos crea en serie.
Ni lo es por su formación ni por su estilo (porque el estilo es el hombre).
Seguro que, a más de uno nos habrá desconcertado con sus teologías del beso, sus “bienvenidas” a las “autoconvocadas” (por Soros) o su co-autoría en “Amoris laetitia”. Pero esta vez ha estado bien.
Y ha dado en el clavo.
Con estilo político directo, sin demasiadas vueltas ni desarrollos académicos, «marcó la cancha».
Porque, como decía Maurras, “ante todo, política”. Política como ciencia arquitectónica, como la «gran moral» de la que hablaba el Estagirita.
¿Que podría haber dicho más? ¿que lo podría haber dicho mejor? Seguro; pero también podría haberse callado y no meterse en camisa de once varas.
Se tiró -ni más ni menos- que contra el futuro presidente de la Argentina, Alberto Fernández; el mismo que, hace pocos días, planteó que una de sus primeras medidas como mandatario será la de agilizar el aborto legal en la Argentina.
Bien por Fenández esta vez. Por el «Tucho», no por el trucho.
Venga entonces el texto que publicó, cual antigua proclama medieval, en su muro de Facebook.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
Me preguntan si no estoy en contra del aborto. Siempre lo estuve, desde que tengo 12 años. No por ser conservador o misógino o machista, sino porque creo que esa niña que está creciendo dentro de su madre también tiene derechos. Recuerdo una vez más que el presidente Tabaré Vázquez, de izquierda y agnóstico, vetó una ley de aborto. No hace falta ser creyente ni dogmático para defender la vida por nacer. Escribí decenas de artículos sobre este tema. Quien quiera saber qué pienso lo verá escrito. No lo digo en los pasillos a oscuras.
Vamos al asunto: valoro la capacidad del presidente electo, Alberto, y espero que pueda levantar y pacificar el país. Pero me llamó la atención leer que enviará inmediatamente un proyecto de ley para avanzar en el aborto. Teniendo en cuenta lo que él dijo creo que hay que hacer dos aclaraciones:
1) Una cosa es despenalizar a la mujer que ya abortó y otra cosa es legalizar el aborto. La realidad es que casi ninguna mujer va presa por haber abortado. Despenalizar sería simplemente blanquear esa situación. Pero otra cosa es legalizar el aborto libre, facilitar el aborto para quien quiera hacerlo por cualquier causa. Eso era en definitiva la ley que se estuvo discutiendo el año pasado. Pero eso implicaría que afirmemos que el niño por nacer es sólo un montón de células animales y que no tiene ningún derecho.
2) Si se dice que se trata sólo de un tema de salud pública, entonces estamos queriendo agarrar al chancho por la cola, o poniendo el carro antes que el caballo. Porque de las muertes maternas que hay en el país, una pequeña parte es por aborto procurado. Más del 80 por ciento de estas mujeres se mueren por llegar al parto desnutridas, diabéticas sin tratar, etc. Otras abortan con inmenso dolor, porque desearían ser madres, pero no tienen cómo sostener a ese hijo que han engendrado. ¿Alguien las está tomando en serio en este momento?¿Recuerdan aquella canción: “Era en abril el ritmo tibio de mi chiquito que danzaba dentro del vientre….”? Ahora dicen que es un conglomerado de células sin derechos.
Si yo pudiera hablar con Alberto le preguntaría si vale la pena comenzar su mandato con un tema que tanto divide a los argentinos y que tanta tensión ha provocado. Pero me preocupa más otra cosa: yo le escuché decir, antes de las elecciones, que no consideraba que este tema fuera una prioridad o una urgencia, que dividía al país y que había que analizarlo bien y con tiempo. Muchos le votaron confiando en estas palabras.
Escribo esto con toda sinceridad. Podemos estar codo a codo defendiendo los derechos sociales, buscando un país productivo e inclusivo, pero es mi derecho decir lo que pienso sobre este tema, aunque sé que también me expongo a una nueva catarata de descalificaciones, como me ocurrió cuando di la bienvenida a quienes venían al encuentro de mujeres en La Plata.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Arzobispo de La Plata
PARA SUSCRIPCIÓN A LOS POSTS VÍA WHATSAPP, seguir estas indicaciones:
- Añadir a la agenda de contactos de su teléfono este número tal como está: 005491135809554 o bien +5491135809554 (pueden agendarlo como “Que no te la cuenten” o como deseen).
- Una vez agregado, enviar un mensaje vía Whatsapp con la palabra “ALTA” (es imprescindible enviar un primer mensaje para poder ser agregado a la lista).
Ya está. A partir del próximo post comenzarán a recibir automáticamente las nuevas entradas en sus teléfonos.
– Para realizar una donación voluntaria, AQUÍ
Son estos momentos de lucidez, los que dan Esperanza, los que alimentan la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo, y hacen sentir que un cisma es malo…
Viva la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana!!!
Nunca me podría haber imaginado un presidente que legalice el crimen del aborto. Pero ya que estamos en eso, porqué no amplía la legalización a todo tipo de crímenes. Generaría un importante ahorro de gastos fijos del estado, ahorro que sería muy bien venido en estos momentos de crisis. Se podría eliminar el poder judicial con todos sus jueces y asesores y consecuentemente los inmensos gastos que originan. Usar los edificios para venderlos o alquilarlos a empresas. Se podrían transformar las cárceles, con poco gasto, en viviendas para alquilar o vender. No habría que mantener presos, darles ropa, alimentarlos, gastar en su salud.
Los importes ahorrados se podrían usar en mejorar la enseñanza, invertir en obras públicas, industrias, etc. generando nuevos puestos de trabajo y mejorar el nivel general de la población
Sigo notando ambigüedad en la carta seguro puede ser más por compromiso que por ideales propios
Si es cierto… es ambigua… sin embargo es algo… https://youtu.be/cu4bm_0-P8o te recomiendo ver ese video…
Bien por el Arzobispo de La Plata.
Pero, respetuosamente, hay que tener en cuenta la siguiente afirmación: «Una cosa es despenalizar a la mujer que ya abortó y otra cosa es legalizar el aborto. La realidad es que casi ninguna mujer va presa por haber abortado. Despenalizar sería simplemente blanquear esa situación».
Despenalizar no es blanquear; es des-proteger a niños por nacer. No lo es bajo la «lógica» del fallo «F.,A.L.», que entendió (mal) que lo no punible equivale a un derecho subjetivo, y que probablemente se siga aplicando a las posteriores «despenalizaciones».
La amenaza de castigo para el delito de aborto -que es mínima- responde a los fines de la pena (al respecto, ver Tale, Camilo «Los legítimos fines de la pena jurídica» en AA.VV., Hernández, Héctor H., Dir., Fines de la pena. Abolicionismo. Impunidad, Buenos Aires, Cathedra Jurídica, 2010). Y sirve para brindar mayor protección a los niños por nacer (ver Hernández, Héctor H., Salvar Vidas con el Derecho Penal, Buenos Aires, Círculo Rojo, 2018).
Si es por «blanquear», despenalicemos el hurto…y tantos otros delitos.
Video compuesto con el audio del Arzobispo Fulton Sheen, tomado de un programa radial de 1947.
Sobre el Anticristo
https://www.youtube.com/watch?v=btiL5onkC3c
Ojalá sirviera su eco, para recuperar la seriedad…
Pero recordemos que las «autoridades» no tienen autonomía ante la agenda del NOM…Avísenle, los que puedan, en una de esas se les anima…
No me entusiasman mucho las declaraciones de Tucho (perdón por la mala rima).
Primero: acepta la despenalización. Eso es malo en sí mismo. Despenalizar un crimen es instigar a cometerlo. Que en ciertos casos no se deba penalizar es una cosa pero que se admita una despenalización universal es otra.
Segundo (esto no es exclusivo de Tucho sino que lo comparte con casi todos los obispos): en ningún momento se dice que la PRIMERA RAZÓN para rechazar el aborto es que es un GRAVE PECADO CONTRA EL QUINTO MANDAMIENTO DE LA LEY DE DIOS.
Ahora, si esto no lo dicen los Obispos ¿quién lo va a decir?
Es oor esto que las últimas estadísticas muestran que en Argentina los católicos son cada vez menos en tanto las sectas protestantes (evangelistas) no dejan de crecer.