«Firmes y dignos». Una misión popular que crece año tras año. Crónica
Publicamos aquí la crónica de una misión popular de jóvenes laicos que, año tras año, viene creciendo en nuestro país. Vale la pena leerla para ver cómo no todo está perdido y cómo es posible, aún en Gomorra, ser fieles a Dios Nuestro Señor.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
Por un padre misionero
¿Están cansados?…
-Por supuesto que sí– pensaba yo en mi interior… ¡Con lo flojos que son los jóvenes de hoy! Acostumbrados al mínimo esfuerzo, malcriados por sus padres, adormecidos por la propaganda hedonista… y todo el día andando en la calle con un frío intenso, sin siesta, sin bañarse, comiendo muy austeramente, durmiendo cinco horas y en el piso, …
Sin embargo, el desparejo grupo de chicos y chicas del mundo postmoderno contestaba a la pregunta repetida varias veces, con un sonoro y rotundo
-¡¡No!!-.
Y no estaban cansados. O por lo menos, no tanto como para rendirse.
Una Misión especial
Lo primero que llama la atención cuando un amigo te contacta para participar de “la Misión” es el saludo que te dan como contraseña: “¡Firmes y dignos!”, que le da nombre a este desconocido evento que quiero presentar. Créanme que no está elegido porque sí.
Lo segundo que llama atención al llegar es la desfachatada claridad con que se dicen las cosas: “Venimos a prender fuego este lugar con el Amor de Cristo. Venimos a amar y sufrir por amor. Todos misionamos. Todos hacemos todo. El que vino a pasear o no le gusten las reglas, le pagamos el pasaje y se vuelve a su casa…” Un número de entre una y tres centenas de jóvenes escuchan. Nadie protesta. Nadie se va.
Las reglas se cumplen a rajatabla. Los horarios son exigentes. Al que falta, se le llama la atención en frente de todos. No se pide perdón ni permiso para despertar a todos a las siete y sacarlos en menos de media hora a la frescura matinal, aún en penumbras, para hacer oraciones de la mañana y 45 minutos de Adoración al Santísimo Sacramento en silencio, ni para rezar un exorcismo ni para cantar el Tantum Ergo y la Salve en latín. “¡El que no la sabe, la sigue con el corazón y la va aprendiendo!”
El desayuno son 5 minutos, porque después hay una charla de formación antes de misionar. Las charlas son de muy buen nivel, pero tampoco se tienen muchos tapujos de llamarle a las cosas por su nombre, aunque haya que usar “malas palabras” para referirse a la droga, la pornografía, Tinelli, u otras basuras del mundo.
Acabada la charla, los sacan a todos a la calle en grupos de a tres, con Biblia, Rosario y estampas, a visitar casas con la consigna de “¡prendan fuego a todo!” y la prohibición de aparecer antes de las trece, so pena de que los saque de nuevo a la calle un encargado de misión con no muy buenos modales. A esa hora se almuerza, pero antes de la bendición, se reparten unas hojas y todos cantan a todo pulmón “Cara al sol” o “Ultramontano”, o “Oíd argentinos” u otra marcha políticamente incorrecta del catolicismo militante.
Nadie protesta, nadie se va. Al contrario, hay un clima de alegría constante. Descanso hasta las tres (mucho juegan o cantan y bailan folclore y no dejan dormir ni a una momia), misión, merienda, Rosario en grupo por las calles, Sta. Misa, que puede ser Novus Ordo bien celebrada, muchas veces ad Orientem, siempre con buen coro, o Misa Tradicional Cantada cuando se logra reunir un coro que cante el propio. Ningún problema.
Después de la Misa, los juegos de la misión de jóvenes, muy intensos, aun con riesgo de lesiones, que terminan ex abrupto para enganchar con otra charla para misioneros y misionados. Luego cena “fogón hasta las doce y cuarto” (que pueden ser la una o las dos).
El “fogón” (sin fuego), es una gran ronda de sillas dentro de la que todos escuchan y bailan (o tratan de bailar) danzas del católico e hispánico folclore argentino mientras se van alternando los cantores y guitarreros, bombistos y violinistas, y es una demostración fáctica de que la vida piadosa no está reñida con la alegría, y de que no necesitamos nada mundano para divertirnos. No he visto a nadie divertirse más, y sin embargo nuestra Madre Inmaculada podría estar sentada en la ronda sin que nada de la pureza y candor de las cuecas, zambas, chacareras y tonadas dejara de complacerla.
Cualquiera que lea lo anterior pensará “que buen grupo”. No. Eso es el otro punto que sorprende: Firmes y dignos es una misión, pero no es un grupo, sino un rejuntado muy heterogéneo de gente que cada año se ofrece para colaborar o es invitada por algún amigo. Al llegar uno encuentra desde los hijos de las mejores familias católicas de Buenos Aires, San Rafael o Paraná, jóvenes estudiantes de esos intelectuales que ganan todos los años las competencias de apologética, hasta chicos de barrios marginales, con problemas de drogas, adictos en recuperación, chicos de secundario adictos al celular, familias enteras, niños pobres. “Todos hacen todo”, “Nadie singulariza, ni siquiera los novios” “Todos vivimos la caridad con todos”. Todos son apreciados, todos son valiosos, grandes y chicos, ricos y pobres, sabios e ignorantes. Todos aportan lo suyo: talento, ciencia, humildad, simpatía, afecto. En esa semana la misión es una gran familia de ¡200 personas! Eso solo es posible en la Iglesia de Jesucristo.
Es que el centro de “Firmes y Dignos” es la Caridad vivida en lo concreto con todas sus exigencias. Amor de Dios en la oración y la Liturgia que se hace Caridad entre los misioneros, caridad para visitar las casas y volver una y otra vez a las familias con más problemas (drogas, abandono, niños sin Sacramentos, falta de catequesis, pobreza, ancianos solos…), caridad en el sufrir por amor a Dios las incomodidades con buena cara. Caridad para entregarlo todo por el Evangelio sin reservarse nada para sí.
La Fuerza de la Caridad
De más está decir que la misión produce frutos en los lugares donde se realiza, reafirmando la fe, buscando a los alejados y dejando el buen olor de Cristo por el testimonio del Amor. “Yo hacía mucho que no me confesaba, pero los vi a estos chicos que podrían estar de vacaciones, con el calor, en plena siesta recorriendo las calles, y me dije: ¡La Patria no está perdida! Tengo que volver a la Iglesia”, me dijo un viejo en Entre Ríos.
Pero también produce frutos en los misioneros. Ha habido incrédulos que volvieron creyentes, jóvenes que salieron de la droga, adolescentes superficiales que descubrieron con lágrimas en los ojos que hay niños o ancianos que sufren cosas mucho más duras que tener pocos seguidores en las redes, y que amar produce una satisfacción incomparablemente mayor, más limpia y profunda que una noche de boliche. Nadie se va disconforme. Todos vuelven a la misión. Se advierte siempre de la “tarjeta roja y pasaje de vuelta”, pero en diez años, “la roja” nunca se sacó.
La Misión es un testimonio contra los cansados y desesperados que protestan que todo está perdido sentados en su escritorio. Hay mucho que hacer. Hay que predicar el Evangelio a los pobres. Hay que re evangelizar la Patria. Mientras quede una gota de sangre que derramar, una persona que amar y una Verdad que enseñar.
El que se anime a experimentarlo… ¡bienvenido a la Misión!
La Caridad todo lo puede. El Reino de Cristo no se entrega. ¡Firmes y Dignos!
¡Viva Cristo Rey!
Un padre misionero
Para participar de la próxima misión, escribir a misionfirmesydignos@gmail.com
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- Añadir a la agenda de contactos de su teléfono este número tal como está: 005491135809554 o bien +5491135809554 (pueden agendarlo como “Que no te la cuenten” o como deseen).
- Una vez agregado, enviar un mensaje vía Whatsapp con la palabra “ALTA” (es imprescindible enviar un primer mensaje para poder ser agregado a la lista).
Ya está. A partir del próximo post comenzarán a recibir automáticamente las nuevas entradas en sus teléfonos.
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padre..ud dirige esta misión?
No.
¡Qué testimonio de Amor a Dios, a la Patria, al prójimo, a la Iglesia! Realmente, la Patria no está perdida.
Que linda misión y una experiencia inovidable, espero con ancias la proxima💪
Realmente lloré y me emocionó todo lo redactado, y todo lo que viven.
Excelente, aquí se huele el AMOR, la VERDAD y la «AUTORIDAD» de N.S. Jesucristo; y no pobres babosas que se arrastran a una letrina.
《Mientras quede una gota de sangre que derramar, una persona que amar y una Verdad que enseñar.》¡Esto, éste es el AMOR de CRISTO VIVO! Gracias por recirlo, darlo y recibirlo…!
Dios los bendiga, cuide y guarde «Firmes y Dignos» en su Misericordia y Justicia hasta Su Manifestación.
Viva CRISTO REY y MARIA SANTÍSIMA!!!
¿De quienes se trata? esto es fundamental, «Firmes y dignos» era el saludo romano que Máximus, el gladiador, repetía a sus soldados y compañeros. Por lo que resulta poco original, por cierto.
No quiero ser aguafiestas pero si Ud. no se atreve a decirnos de quienes se trata los responsables y organizadores de estas «misiones», lejos debería estar de recomendar a padres y amigos que motiven a sus hijos para que participen de ella.
Los motivos y casos que nos OBLIGAN a conocer en profundidad sobre las autoridades y responsables de esta clase de organizaciones están muy en boga en la actualidad. Como muestra solo basta un botón, reza el refrán, el caso de los monjes del C.O. me viene a la memoria (y nunca se me irá).
Slds cordiales
Escriba a la dirección de mail e infórmese si tiene dudas. En el post está la dirección de correo electrónico.
Muchas gracias por este testimonio. La lucha la hace Nuestro Señor Jesucristo, nosotros solo somos unos indignos instrumentos.