Los católicos ante la democracia: un texto olvidado de Hugo Wast
(el post ha sido corregido de su versión original)
Se acercan las elecciones en nuestro país y en tiempos como éstos, todo es tributo para la sacrosanta democracia; tanto que, no adherir al dogma liberal del sufragio universal o a la soberanía popular como si fuese palabra de Dios, lo pone a uno en el piquete de la inquisición progre mientras que, adherir a una leve participación, en la guillotina de los ortodoxómetras.
Pues acá estamos: no creemos en el fetiche de las masas. Nos han criado para que no digamos que el estiércol es rico a pesar de que millones lo deglutan. Pero una cosa es la cosmovisión democrática y otra la forma de elección; una absolutamente inaceptable y, otra que, por vía de excepción y gracias a la ironía de Dios, cada tanto permite que un católico haga algo bueno a pesar de todo.
A pesar de todo…
Porque frente a alguna perspectiva de tomar el poder, por los medios lícitos que fueran, en procura del bien común de la Patria y de la religión, creemos que no se puede uno quedar de brazos cruzados esperando el martirio o la Parusía…
Y algunos ya lo han hecho poniendo el hombro sin traicionar sus principios; bástenos ver, para ello, el reciente ejemplo de la joven diputada brasileña Chris Tonietto quien, hace apenas unos meses, se largó con este discurso que ya habíamos traído aquí (ahora lo hizo de nuevo con la solemnidad de Corpus Christi, ver AQUÍ).
Pero la excepción es la excepción. Pocos se lavan el cuerpo sin mojarse la cabeza; pero algunos pueden y deben hacerlo si es que los llama Dios, para quien «nada hay imposible» (cfr. Lc 1,37).
Aunque lo confieso: sobre el tema, «no tengo precepto» (1 Cor 7,25). Todo será cuestión de prudencia luciferina y simplicidad columbana, según afirma el Evangelio.
Fue meditando en estos temas minúsculos que una lectora nos envió este texto olvidado del gran Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría), uno de los más grandes escritores católicos del último siglo.
Venga entonces por si a alguno le sirve para,
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
18/6/2019
Pero ¿cómo han de hacerlo, si en asuntos más trascendentales, ellos mismos son sin proponérselo ni pensarlo siquiera, los mejores colaboradores del diablo en la guerra fría?
¿Qué vemos cuando fundan un partido político y levantan una bandera que quiere ser distinta de las otras y lanzan un programa para que el pueblo se entere de que no son como los otros partidos? Pues lo que ofrecen, palabra más o menos, viene a ser lo mismo que ofrecen los otros: aumento de salarios, ventajas materiales, alimentos baratos, educación democrática…
En ningún artículo una afirmación clara de su fe. Parecieran temerosos de espantar con ella al problemático votante.
A lo sumo, en forma discreta, se declaran partidarios de mantener las tradiciones de la Patria…
¿La palabra “tradición” quiere aquí significar “religión católica”?
Porque en un pueblo de inmigración como el nuestro, donde se están fundiendo tantas razas, son muy pocas las tradiciones verdaderamente nacionales dignas de configurar una bandera política.
Si lo que se quiere significar con la palabra “tradición” es, por ejemplo, la enseñanza religiosa, el matrimonio indisoluble, el mantenimiento en la Constitución de la fórmula del juramento católico del presidente de la República, ¿por qué no declararlo francamente?
Las precauciones con que en los supremos momentos de la lucha política, los católicos buscamos maneras de decir sin decir lo que querríamos decir, pero que no nos atrevemos a decirlo, es una de las características de la confusión liberal en que vivimos. Los amigos de Cristo escondemos o disimulamos su bandera, mientras los amigos del diablo flamean orgullosamente la suya.
Estos desolados artificios son aspectos de la guerra fría y de ello no se puede echar toda la culpa al diablo.
Él hace su oficio preparando los caminos del Anticristo y nosotros no hacemos el nuestro; más bien lo ayudamos[1].
[1] Hugo Wast, Navega hacia alta mar. Cap. 6: “¿No estamos ayudando al diablo?”, Bs.As 1996, Didascalia, pp.146-149.
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Justamente esa » tibieza» es lo que caracteriza a goez castañon y hotton. Quizas por estar apoyados por tantos masones de «derecha» y neoliberales sionistas escondidos detras del peo que tienen en esa alianza pentecostales y otros glonalistas. Otros partidos, sin ser partidos católicos en el sentido estricto, nos hemos pronunciado claramente contra la secularizacion, la sepsracion total de iglesia y estado y reivindicado expresamente la tradición católica de la mayoría de nuestro pueblo. Lástima que a vees no se nos quiera mucho por ser populistas (cuánta confusión sobrecese término) o reivindicar expresamente el terceraposicionismo nacional de la doctrina peronista
No aclares, que oscurece, Pablo. Parece como que te hayas equivocado de página. Acá de demokracia, nada. Y los pobres griegos, menos mal que se murieron, porque si vieran a qué se le llama democracia hoy…Es que ya no quedan «iguales»que se auto gobiernen. Será que con tanta grieta, y subdivisiones oportunistas de partidos ,no hay ni memoria de lo que fuera un movimiento queriendo democracia de la buena…
Hasta pasa que algunos católicos andan probándose camisetas para no desentonar tanto, de buenudos que son, nomás, y porque estrategia se la llevaban siempre a marzo. Pero católicos, lo que se dice católicos, acá, en Argentina, ya no lo son la mayoría. No sé si alguna vez.
Veo desde hace más de 40 años, a muchos católicos, practicantes, que tienen afinidad con el Peronismo.
Creo que hay una gran confusión. Recuerdo y siempre lo uso al razonar, algo que hemos visto en el colegio: creo eran los silogismos. Tal vez la memoria me falle, pero llamémosle, «razonamiento», para no errarle. Por ejemplo algo tan sencillo como: «Robar está mal, roban los ladrones. Pedro robó, por lo tanto Pedro es un ladrón, que ha hecho algo malo». Creo que si utilizáramos esa herramienta, al juzgar a los políticos y en general cualquier acción, no nos equivocaríamos. Por lo tanto, los que tienen cierta afinidad con el Peronismo y su lider Juan Perón, deberían saber que el Peronismo quemó la Curia y varias iglesias, también robó, por lo tanto si hizo eso que está mal, ¿qué nos dice el silogismo o razonamiento para concluir? ¿Cómo hay que calificar a quiénes siguen ese movimiento?
No lo digo yo, es el silogismo…
Y como te queda éste sologismo: peron quemó iglesias. Perón sostuvo la religión católica en las escuelas…k
Solamente una pregunta al quien efectúa el comentario anterior… Que político ni robó? Sería importante soltar un nombrr y pruebas fehacientes para creerlo
Que yo sepa Holtton es la única que se opuso a las uniones homo. Los demás o se abstuvieron o se retiraron co hizo una Sra.muy mediática. Me parece que los únicos que defienden a lo Bolsonaro son Nos y Valores pa mi País. Los demás todos abortistas e ideología de género. Obvio además de masones cuyo único fin destruir la Iglesia Santa por ello toda esta basura ideológica satánica. Yo no me presto amo mucho mi alma para entregarla al maligno.
«la democracia no es la la solución, es el problema».
Platón sitúa (entre las 5 formas de gobierno que asegura existen en su ΠΟΛΙΤΕΙΑ que comienza con la «monarquía» y continúa con la «aristocracia») a la democracia en 4º lugar y penúltimo lugar entre la «demagogia» y la «tiranía».
No se como todavía existe gente que no se da cuenta que «nacionalismo» y «peronismo» son conceptos completamente antagónicos.
Este texto de Hugo Wash es un verdadero examen de conciencia para los catolicos que nos preciamos de serlo…
El católico fiel debe tener y mantener una mentalidad monarquica, y si en su país no es posible la monarquía, defender la doctrina tradicional de la Iglesia y las sanas tradiciones, que en Argentina se encuentran con autenticidad y pujanza en la fundación de nuestras ciudades històricas – s. XVI. EL tema es desarrollado en nobleza.org, buscar Apéndice III,Las formas de gobierno a la luz de la doctrina social de la Iglesia.
El concepto de catolicos que se acercan hacia el peronismo es por que ellos perciben que es lo que mas se aproximan a sus sentimientos y modo de poder ayudar a crecer en su vifa espiritual y economica al que le resulta imposible lograrlo ya que la iglesia solo se encuentran grupos cerrados y sin amor al projimo solo apariencias golpeandose el pecho frente la imagen del Cristo y rezando rosarios tras rosario pensando solo en ellos deberian nuestros
Hugo Wast, un católico que brilló en todo su esplendor, y sigue brillando a través de sus obras; de ahí, que como brilla tanto, es que lo ocultan con el silencio; y si alguno osa nombrarlo, por casualidad, alguna vez en un medio, no falta quien o quienes saltan a denostarlo con los clásicos: «fascista», «escritor de señoras gordas», «antisemita», etc.; y los que lo silencian son justamente los fascistas, los escritores de medio pelo y sostenedores del antisemitismo. Desde que cayó en mis manos una obra suya, hará unos 40 años, «La corbata celeste», me he vuelto un admirador y veo de difundirlo, y recomiendo cualquiera de sus libros, y más su biografía, escrita por Juan Carlos Moreno, un escritor que los católicos tienen la obligación de hacer conocer.
Hay un texto posterior de Hugo Wast. «Frutos podridos de la democracia».
……………
FRUTOS PODRIDOS
DE LA DEMOCRACIA
Estamos viendo nacer y crecer y hasta ganar revoluciones a ese difunto que ha resucitado al conjuro de la palabra victoriosa del general Lonardi: “no hay vencedores ni vencidos”.
Ellos, los vencidos en las urnas en 1946, se han levantado del sepulcro y se creen ahora los vencedores del 16 de septiembre de 1955, y pretenden gobernar al gobierno que surgió de la revolución y para hacer olvidar los aviones y los cañones, con que Lonardi abatió al tirano, hacen una exposición de sus armas: discursos, panfletos, reportajes más o menos clandestinos. ¡Palabras, palabras, palabras!
La carbonada criolla que formaron en 1945, socialistas, radicales, comunistas, masones, judíos y demócratas proquesistas (ruego al linotipista poner proquesistas que suena mejor que progresistas) se han aumentado ahora con algunos cristianos aguachentos, rebautizados con motes políticos y algún cura de probable ascendencia semita, que está saliéndose de la vaina por caer en eso que Pío IX llamó herejía de las herejías y Pío X excomulgó terminantemente: el catolicismo liberal.
Lo que no cabe en la carbonada criolla es el catolicismo sin aditamentos, el que se echó a las calles en Córdoba a pelear, no a hacer discursos, el que marcó sus fusiles y sus aviones y sus cañones y todas las paredes de la gran ciudad con el signo de Cristo vencedor: la Cruz sobre la V de la victoria.
Quieren hacernos olvidar de eso, que es la verdad, y reemplazar la Historia con la Patraña.
Los salidos del sepulcro de 1946 no esperan nada del Cristo vencedor. Todo lo esperan de la Democracia, del Pueblo, del Amor Libre, por eso mantienen las leyes peronistas del divorcio, de los hijos adulterinos, de la enseñanza laica…
Para asegurarse el gobierno futuro, aunque después de las elecciones tengan que andar a cintarazos para repartirse los pedazos del queso, no tienen escrúpulos en hacerle el amor a otro cadáver que huele peor que ellos, porque es muerto reciente: el peronismo. Le cambiarán el nombre y se aliarán con él, no sea que él les gane las elecciones si juegan limpio.
Por los frutos se conoce el árbol. Ya la nación argentina conoce, de amarga experiencia, lo que es la democracia practicada por espectros que nacen de las urnas.
La historia está fresca todavía. Las elecciones más intachables que se han realizado en el país, bajo el signo de la Democracia con sus infinitas siglas, disfraces y caretas, las ganó el tirano, porque engañó mejor al pobre pueblo, dispuesto siempre a creer en los que se arrodillan a sus plantas, y le prometen mucho pan y mucho circo y nada de fatigas para ganarlo. El histrión más grande que ha visto el mundo en seis mil años, el que juraba que vivía con 300 pesos mensuales y que por economía viajaba en su Chevrolet viejo y cachuzo, después de saquear a la nación, a medias con sus testaferros, es hoy el hombre más rico del mundo, y aunque ha sido el más cobarde y corrompido personaje de la historia argentina, conserva tantos votos en este pueblo engañado, que toda vía les va a dar un susto.
¿Quién puede discutir que ese huevo lo puso la Democracia en la más legítima de las elecciones y que la misma madre puede poner otro huevito?
Estos espectros que ahora se juntan bajo el signo de la escuadra y el compás, y andan buscando atraerse los sufragios del neoperonismo resucitado, han cambiado de nombre pero no de mentiras.
Hay que confesar que han mejorado de táctica y no exigen a sus afiliados que se hagan masones públicamente: al contrario, los prefieren acristianados y hasta son capaces de aceptar como capellanes a algunos de esos curitas trashumantes, que andan de Herodes a Pilatos, que han olvidado el latín y en sus esfuerzos por aprender el hebreo, se han quedado con el idish, que es más democrático.
Pero ellos, los que cortan el bacalao son masones, son ateos, son aprendices de comunistas, con distintos epitafios. Han cambiado de nombre, es verdad, porque han cambiado el lado de la barricada donde ahora quieren combatir.
Como dice Dante:
E muta nome, perche muta lato.
¡Ay, de los pueblos que reniegan de Cristo! ¡Los frutos de su democracia se caen verdes y se pudren al pie de un árbol herido de muerte por la mano del Señor!
Hugo Wast
Combate, año I, nº 5, 9 de febrero de 1956
Gracias
Tal vez haya que volver- despacio- a «La Imitación de Cristo».
Me parece que hoy no hay sentido de lo que significa la Cruz.
Hay mucho racionalismo, cero contemplación, mucho apuro, en un entorno cultural imposible.
Las explicaciones no alcanzan para anhelar la Gracia, aún a los intelectos entrenados.
Hoy, el ayuno, por ejemplo, es para adelgazar, para resetear el sistema bio, para recibirse de fakir, y así. A nadie se le ocurre que sea una vía para unirse a Dios.
Y todos estos «para» denotan el supuesto básico de que las cosas «funcionan» (ésa palabrita!) debido a nuestra iniciativa, que es dable esperar rendimientos de ello, y Dios puede estar o no, porque es un comodín, en el mejor de los casos, al que se recurre cuando mis deseos no alcanzan a concretarse. Y hasta ahí.
Hace unos días me tocó conocer de un niño que vio un crucifijo y se espantó; tuvo pesadillas y no quiso volver a verlo. En su entorno nadie pudo ser testigo del Crucificado y así se resolvió: fuera el crucifijo y resuelto el problema.
Los que ignoran a Dios son como los que no tienen inquietudes por conocer, no buscan y no se dejan encontrar tampoco.
Si posiblemente Eva tuviera hambre en el Paraíso, y así el tentador le ofreció la solución, con el plus de ser como Dios, sin sacrificios, fácil y sin miedo; y ella «solidariamente» le ofreció a Adán quien aceptó lo elegido por la mujer, esa matriz me parece reconocible en el modo de vivir actual, que expulsa la noción de pecado y entonces no hay a quien reconocer como Salvador imitando y participando de su entrega, sino la sola eficiencia de la vida natural.
Y los que sufren son los descartables, pecadores o no, que no deben molestar el goce de los que pueden gozar. De qué democracia se habla?
Qué espacio hay para la trascendencia? El mas crudo egoísmo campa a sus anchas en un mundo soberbio y despiadado.
«Lo que no cabe en la carbonada criolla es el catolicismo sin aditamentos… el que marcó sus fusiles y sus aviones y sus cañones y todas las paredes de la gran ciudad con el signo de Cristo vencedor: la Cruz sobre la V de la victoria».
Pureza infame de soberbios e iluminados, que no cedió ni siquiera ante la vista de la masacre del pueblo indefenso aquél mediodía del 16 de junio de 1955… Para purgar sus pecados se cuentan hasta el cansancio la historieta de la quema de las iglesias… Seguramente les ha servido durante años para ocultar la obscuridad de sus conciencias de asesinos impunes… No tienen vengüenza ni perdón de Dios… Todavía hoy los herederos de ese gorilaje se preguntan por la grieta… ¡Hipócritas!
Cada quien con su «relato», como bien lo señalas, y así estamos.
Sería bueno escribir la historia de los relatos argentinos. Surgirían escritores por todos lados.
https://www.perfil.com/noticias/columnistas/matungos-de-carrera.phtml
Breve nota de Daniel Link, que pinta el hartazgo nacional ante el espectáculo de la mera búsqueda de conseguir alguna cuota -lo mas grande posible- de poder…y nada mas en el horizonte. Y nadie mas que «ellos» en la escena. Porque el pueblo, como todos los de afuera, son de palo.
Y grita: » ¡¡¡Que se vayan todeeees!!!»
Pero de allí saldrá algo: tal vez el escarmiento, que se viene retrasando demasiado.
O, ya en el plano de la fe, la conversión que dé salida a este laberinto.