El Bautismo de Clodoveo, rey de los Francos. Soeur Marie de la Sagesse (tr. de Philippe De Villiers)

¿Cuándo y porqué se bautizó Clodoveo?

 Siguiendo la historia de la Iglesia y la tradición, el bautismo del rey Clodoveo y los 3000 francos que le seguían tuvo lugar en Reims en la Navidad del año 496, inmediatamente después de la milagrosa victoria de Tolbiac contra los herejes alamanes (arrianos que negaban la divinidad de Cristo). Se cuenta que durante el peor momento de la batalla, Clodoveo desesperado hizo voto de bautizarse en caso de lograr el triunfo. Entonces su esposa Clotilde, católica ferviente, recibió de un ermitaño la orden angélica de cambiar el estandarte de tres ranas que blandían las tropas de su esposo por tres flores de lis doradas, que ella misma bordó y envió al campo de batalla con la promesa del triunfo. Desde el momento que Clodoveo enarboló el nuevo estandarte de la Trinidad, los francos vencieron a los arrianos y el rey reconoció que la victoria se debía “al Dios de Clotilde”.

Hasta aquí, la versión basada en Gregorio de Tours aceptada como canónica, pero sin negar las consecuencias de semejante triunfo, la historiografía francesa más reciente ha re-datado el bautismo del rey franco unos años más tarde, en la Navidad del año 508. Según los nuevos documentos encontrados, Clodoveo habría tenido su primera conversión en Tolbiac, pero habría tomado la decisión final de bautizarse y ser catequizado, unos años después, frente a las reliquias de san Martín de Tours, luego de comprobar allí muchísimos milagros que lo llevan a profundizar el misterio de un Dios todopoderoso que ha vencido a la muerte.   

Philippe de Villiers es uno de los historiadores que sigue esta nueva línea, expuesta maravillosamente en su última novela histórica sobre Clodoveo[1]. Al final del libro, el autor enumera brevemente los documentos más importantes que tuvo en cuenta para la nueva cronología del bautismo, amén de citar 16 páginas de bibliografía. Traducimos aquí para Que no te la cuenten… un anexo final del libro de riguroso carácter documental, donde el autor abandona la ficción literaria por la verdad histórica exponiendo sus principales razones.

Hna. Marie de la Sagesse Sequeiros, S.J.M.

 


El bautismo de Clodoveo fue el 25 de diciembre del 508[2]

Philippe De Villiers

Desde hace varias décadas, los estudios históricos han evolucionado en cuanto a la datación del bautismo de Clodoveo. Durante siglos la historiografía ha seguido el relato fundador de San Gregorio de Tours. Él situaba el bautismo el 25 de diciembre de 496, luego de la victoria de Tolbiac-Tulpiacum.

Recientemente, en 1996, Michel Rouche rompió con el discurso oficial y difirió esta fecha de la ceremonia al 25 de diciembre del 499, es decir, tres años más tarde que el día que parece figurar de manera velada en la Historie des Francs del famoso obispo de Tours. En una recensión de Figaro-Historie de octubre-noviembre del 2016, el profesor Stéphane Lebecq desarrolló un argumento sólido para retrasar la fecha del bautismo después de la estadía de Clodoveo en Tours, es decir, en el 507-508. Una lectura atenta de los preciosos documentos y descuidada durante largo tiempo, permite sacarse todas las dudas[3].  

1. En una carta, escrita por su amanuense Cassiodoro, el rey de los ostrogodos, Teodorico, felicita a Clodoveo por su victoria contra los Alamanes. Ahora bien, esta carta -un documento auténtico llegado hasta nosotros- evoca la muerte del rey de los alamanes sobre el campo de batalla. Citemos la elocuente frase, curiosamente pasada inadvertida durante siglos: “Es un memorable triunfo el haber aterrorizado al salvaje alamán al punto que tú le hayas forzado a suplicarte concederle la gracia de la vida. Que te sea suficiente que con su rey haya caído el orgullo de su pueblo…” Ahora bien esta carta de felicitaciones en términos explícitos tiene una fecha: es del año 506. Esto quiere decir que la batalla de Tolbiac tuvo lugar en el 506 puesto que se sabe que fue durante este enfrentamiento que murió el rey de los alamanes, y que el pueblo vencido pidió la gracia. Si se considera que el bautismo de Clodoveo tuvo lugar después de la victoria de Tolbiac y que dicho triunfo data del 506, toda la cronología del “después de Tolbiac” se debe rever, es decir, aplazar al menos 10 años.

2. El segundo elemento cierto es la carta del obispo de Tréveris, Nicetius, a la reina Chlodoswinde, nieta de Clotilde. Según el obispo de Tréveris, la decisión de convertirse fue tomada por Clodoveo delante de la tumba de san Martín en Tours. El texto es bien claro: “…Como era un hombre de los más inteligentes, Clodoveo no quiso asentir antes de acabar de comprender que estas cosas -los ciegos ven, los sordos oyen, etc.- eran verdaderas… Una vez que él se dio cuenta que estos fenómenos estaban comprobados, cayó humildemente de rodillas sobre la tumba del Beato Martín, y prometió hacerse bautizar sin demora”.

La ciudad de Tours está situada en la orilla izquierda del Loire. Y permaneció inaccesible para Clodoveo durante la ocupación de los visigodos que la tenían bajo su poder. Fue recién bajo el reinado de Alberico que el cerco se estrechó, gracias a la campaña de Aquitania, y Clodoveo pudo entrar en la basílica del “Beato Martín”. La historia más oficial retiene, por otra parte, la fecha del 507-508 para la entrega de los codicilos, que justamente tuvo lugar en Tours, después de la victoria de Vouillé[4]. Fue en ese momento que, revestido de la clámide imperial, Clodoveo decide en Tours ir a Reims para hacer los 40 días de catecumenado. Esta carta deja pensar que fue en 507-508 que Clodoveo “prometió hacerse bautizar sin demora”.

3. En una famosa carta sin fecha, Avitus, el obispo de Viena -en Burgundia-, felicita a Clodoveo por haber recibido el bautismo después de haber liberado “un pueblo hasta ahora cautivo”. En otro párrafo de su carta, Avitus precisa el objeto de esta liberación, refiriéndose a “los cismas y brotes de doctrina perversos”. Stéphane Lebecq remarca con sutileza que la palabra latina para designar el pueblo así liberado no es la palabra gens -que designa a los bárbaros, por ejemplo los alamanes- sino la palabra populus que es una designación romana. El pueblo liberado es una población galo-romano de Aquitania, liberado del yugo visigótico y arriano. Por otra parte, en la misma carta, Avitus utiliza una fórmula explícita: “Vuestra Fe es nuestra Victoria”. En cuanto a la Fe, hace alusión al bautismo; en cuanto a la Victoria, evidentemente, desde el punto de vista de un jefe espiritual de la lucha antiarriana, es la victoria sobre el arrianismo que representa y simboliza la campaña victoriosa de Aquitania contra la herejía.

Agregaría a la exégesis de estos tres elocuentes documentos, recientemente exhumados y releídos, otros dos elementos de reflexión:

1. En torno al bautismo, la presencia efectiva de obispos está descripta por Avitus como masiva: él evoca “La multitud de obispos reunidos”. Esta presencia masiva deja suponer que los obispos de los territorios recién liberados del control arriano pudieron, sin demasiada preocupación, dejar sus diócesis e ir a Reims para esta ceremonia tan simbólica, sin miedo de represalias. Esto puede haber sucedido después de la victoria de Vouillé, pues fue solamente en ese momento que el miedo abandonó las diócesis de Aquitania. De hecho, Avitus, no puedo ir a Reims pues su diócesis se encuentra en territorio burgundio, todavía arriano.

2. Genoveva, muy cercana al matrimonio real, no asistió al bautismo de Clodoveo. Teniendo en cuenta los lazos cercanos y de afecto entre la santa, Clodoveo y Clotilde, es impensable que Genoveva haya preferido no participar en esta ceremonia. Ahora bien, ninguna de las crónicas escritas sobre la patrona de París evoca su presencia en Reims. Si el bautismo hubiera tenido lugar en el año 496, o más tarde pero todavía viva, Genoveva habría asistido y lo sabríamos, pues su participación no hubiera pasado desapercibida: hubiera estado mencionada al mismo nivel en la lista de los obispos presentes que ha llegado hasta nuestros días. Se sabe que Genoveva murió en el 502. Parece lógico concluir que el bautismo tuvo lugar con posterioridad a la muerte de Genoveva, es decir, después del 502. Ella partió demasiado pronto para celebrar los frutos de su trabajo en el adoctrinamiento del rey de los francos.

* * *

            El hecho de que el bautismo de Reims haya sucedido luego de la visita de Clodoveo a la tumba de san Martín no disminuye en nada el alcance de la victoria milagrosa de Tolbiac. Sin embargo Tolbiac es solo la primera etapa de su conversión. Es la misma fecha de esta batalla, importante, pero no decisiva, que parece cronológicamente razonable de aplazar en el tiempo. En el año 506, tuvo lugar la batalla de Tolbiac; en el 507, la victoria de Vouillé y los dos viajes a Tours; en el 508, el bautismo de Reims. El temperamento de Clodoveo se corresponde bien frente al del apóstol de las Galias de quien sus virtutes le hicieron cambiar el rumbo de su vida: la fuerza y el poder de taumaturgo lo cautivaron de alguna manera haciéndolo ver con otros ojos la “debilidad y la impotencia del Crucificado”.

            La idea de que el bautismo de Clodoveo y el nacimiento de Francia estén ligados a la partición de la capa de san Martín agrega a la gran historia fundadora del reino de Francia una nota conmovedora. Pero, más que esto, presupone una puerta simbólica formidable. Primero, el combate contra el arrianismo es el vínculo entre Clodoveo y san Martín. Todos los otros pueblos bárbaros habían adoptado la herejía arriana que negaba que Cristo sea Dios: los visigodos, los burgundios, los ostrogodos, los vándalos eran arrianos. Y he aquí que los francos eligieron con Clodoveo, bajo la influencia de los obispos, la fe católica, que era la fe de las élites culturales al mismo tiempo que de la inmensa mayoría de la población. Esta elección es decisiva: por una parte, consagra la alianza de los francos con la Iglesia; por otra, aporta a los francos un apoyo que les permite reunir bajo su autoridad a todos los pueblos de la Galia.

El símbolo es fuerte: en Tolbiac, fue un rey guerrero que, desde las nubes de azufre[5], recibió la ayuda de un Dios guerrero. Pero en Tours, irradiado por el manto y las armonías salmodiadas por voces seráficas que se entremezclaban en la iglesia, Clodoveo deja consumar en él una nueva realeza, una realeza oblativa. Se identifica con el Rey de la pobreza y de la misericordia, llevando así, para los siglos subsiguientes, el juego, íntimo y precioso, de las correspondencias alegóricas entre la unción, la autoridad, el despojo, la ofrenda y el sufrimiento.

Es mucho mejor que una bella historia, es una premonición.

Philippe De Villiers

 


[1] De Villiers, Philippe, Le Mystère Clovis. París,  Ed. Albain Michel, 2018.

[2] Ibídem, pp. 397-401.

[3] Michel Rouche, Clovis, París, Fayard, 1996.

[4] N.d.T. El enfrentamiento en Vouillé entre visigodos y francos fue una batalla decisiva por el control de Galia ocurrida en la primavera de 507, donde Clodoveo venció nuevamente.

[5] N.d.T. Antes de comenzar la batalla de Tolbiac, Clodoveo invocó al dios pagano Wotan sobre una nube de azufre.

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