Un rabino opinando sobre la homosexualidad
Pues yo no sé si el famoso rabino argentino, Samuel Levin, conocía los textos que venimos exponiendo de San Pedro Damián aquí y aquí, para cuando se discutió en la Argentina el sodo-monio y el entonces cardenal Bergoglio lo llamó obra del demonio, pero por la mitad de las cosas que este veterotestamentario dice, un sacerdote hace tiempo que estaría en las mazmorras de la inquisición gay.
Es gracioso oír cómo lo tratan los periodistas. Con un temor reverencial, como procede…
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi
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Excelenteeee!!!! Juntense las religiones y cuerdos contra el lobby gay y trastornos varios
Da gusto escuchar a alguien que llama a las cosas por su nombre. El rabino tiene razón. En lo que se equivoca es en pedir que se llame a psicólogos y psiquiatras que se expidan dado que ellos adhieren a la teoría del genero.
Allá por 1974 el lobby de psicológos y psiquiatras hicieron sacar a la homosexualidad como un trastorno de la identidad del DSM III. Si alguno de ellos dijera que es una enfermedad sería lapidado socialmente y, probablemente penalmente. Bien por este rabino
Formidable.
Qué interesante Padre! Me da ganas de tener más amigos judíos. Qué opina del libro de Meinvielle sobre los judíos? Exagera? La cuestión es sólo no compartir negocios con los judíos?
Pues tenga más amigos judíos como San Pablo, San Pedro y hasta Nuestro Señor y predíqueles al Mesías que ya ha venido. El pueblo judío, aunque claudicó de sus promesas, sigue teniendo una misión providencial en la historia y hasta el fin de los tiempos. Dios lo guarde. PJOR
No obstante que suscribo en gran medida la postura de Levin, es difícil sostenerla dentro de la cultura globalizada, salvo que sólo diéramos valor al ethos (en tanto carácter inconmovible) de la fe y desde allí afrontáramos una cruzada medieval, en la que el rabino, probablemente, tomaría parte también. Pero el hecho es que ese discurso principista, en mi opinión -δόζα, no ataca la fuente envenenada de donde fluyen esas aguas mortíferas. En una de sus primeras obras (Catolicismo y Forma Política) C.Schmitt dice: “Una de las intuiciones de Karl Marx sociológicamente más fecundas es haber dado a conocer que la técnica es realmente el principio revolucionario”. O sea, que aquél otro judío ya sabía que, digo yo, la verdadera revolución es la técnica, es decir la ciencia aplicada o tecnología de hoy. ¿Por qué esto se relaciona con el tema de la homosexualidad? Pues, porque son las técnicas de reproducción humanas -procreación artificial- las que se intentan imponer para reemplazar a la reproducción natural. Tendremos así una sociedad de hombres de diseño, que, a no dudarlo, será infinitamente más fácil de manipular que estos hombres “naturales” de hoy que han nacido libres. De allí el continuo ataque a la familia natural y su reemplazo por otras uniones sucedáneas (hace poco una información proveniente de Colombia anoticiaba que tres hombres se habían casado legalmente conformando una “trieja”). Próximamente sólo se la “tolerará”. Esta manipulación de la reproducción de la vida humana es, por ahora, la más tenebrosa adquisición de la ciencia aplicada. Claro que en ese campo el sentimentalismo hodierno ha hecho estragos culturales casi incurables. ¿Quién podría en esta sociedad laicizada negarle a las personas el derecho “humano” de ser «papis» a cualquier precio (no es barato por cierto, cuesta unos cuantos pesos)? Los ejemplos (pésimos) abundan e inundan todas las pantallas de los mass media.
Este rabino opina que hay que matar a los homosexuales. La Iglesia Católica nunca lo permitiría. Medios cobardes que callan la verdad.