Encuentro Nacional de Mujeres : Abortista, Anticatólico y Sacrílego (1-2)
Reproduzco aquí el artículo enviado por su autor para el sitio.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi
Encuentro Nacional de Mujeres
(Abortista, Anticatólico y Sacrílego)
(Por Eduardo Peralta)
“Es preferible morir en el campo de batalla,
que ver la destrucción de la Nación y del Santuario.”
(1 Mc 3, 59)
Durante el pasado fin de semana y, como todos los años, se realizó en nuestro país el Encuentro Nacional de Mujeres (ENM). Ésta vez, el trigésimo primer encuentro tuvo como escenario la ciudad de Rosario, Santa Fe. Tal como acostumbran, se realizó la famosa marcha pidiendo la despenalización del aborto, entre tantas cosas.
Sucedió lo mismo de cada año, agresiones, golpes, insultos, bofetadas y una larga lista de vituperios contra la Iglesia Católica y hacia quienes se encontraban rezando el Santo Rosario frente a la Catedral. En la historia de estos famosos encuentros jamás hubo un manifiesto repudio a las agresiones que recibían los jóvenes y mujeres católicas que defienden valientemente la vida del inocente. Nada que decir al momento en que dos años atrás quemaron una imagen del Papa Fransico. Pero sí, como es de esperar conforme a la manipulación mediática de la información, esta vez hasta Daniel Scioli expresó su “repudio a la violenta represión a la movilización del Encuentro” y también su “solidaridad con todas las mujeres agredidas”. Hasta Daniel Filmus felicitó la revuelta y dijo: “Impresionante la marcha del encuentro de mujeres en Rosario: organizadas y en la calle”. Ni hablar de Milagrito Sala que desde la cárcel se adhirió al reclamo.
No se hizo oír ninguna voz de alarma sobre los desmanes que provocaron estas mujeres en la Ciudad, ni sobre el peligro que representan. Eso sí, había que poner el grito en el cielo: ¡hubo represión!
Así todo, dada la confusión todavía imperante, es preciso detallar nuevamente en qué consisten estos Encuentros y volver a denunciar lo pernicioso que encarnan y representan. Por eso traemos algunas consideraciones y fragmentos de lo que escribíamos un par de años atrás en un artículo que titulamos “Encuentro Nacional de Mujeres: abortista, católico y sacrílego”.
Los hechos y la evidencia hoy están al alcance de todo público que se arrime por las calles rosarinas. Sin embargo, he aquí algunas cuestiones algo más profundas que permitirán conocer y estar alertas para la próxima (Chaco, 2017). Y, sobre todo -permítasenos usar la expresión-, para Que no te la cuenten…
Eduardo Peralta
§ § §
¿Qué hay detrás del ENM?
Con particular atención seguimos cada año mediante noticias y testimonios lo que ocurre en el mencionado encuentro. Siempre y ante todo acompañamos los sucesos, desde el lugar en que nos encontremos, con sentidas oraciones de súplica y reparación. Sin embargo, creímos que las circunstancias exigen de nuestra parte algo más que una ferviente oración. Por tal motivo nos vimos con la necesidad de invertir tinta –aunque esto no sea mucho decir– para dar a conocer la realidad del Encuentro.
Nos disculpará el lector adelantado en el tema la recurrencia a datos, hechos y explicaciones o criterios que puedan parecer innecesarios. Lo creemos conveniente dado el escaso o nulo conocimiento que hay sobre el Encuentro. He ahí nuestro propósito: proclamar y transmitir la verdad, al mismo tiempo que denunciar y poner de manifiesto lo que es contrario a nuestra Fe y costumbres.
Diremos desde el comienzo que estas jornadas no merecen más que el total repudio por parte de todos los argentinos, de la Jerarquía Eclesiástica y de toda la grey Católica, como así también del Gobierno Provincial y Nacional. Lamentamos que, a pesar de la abundancia de razones en favor del repudio, este no se haga efectivo en algunos sectores, o al menos no en su totalidad. Más aún, hasta se ha brindado apoyo y reconocimiento a los promotores de la cultura de la muerte, declarando los encuentros de interés cultural o legislativo, por parte de distintos organismos políticos.
(…)
El ENM nace luego de la participación de un grupo de mujeres argentinas en la Clausura de la Década de la Mujer durante la IIIo Conferencia Mundial de Nairobi (Kenia, África), en julio de 1985[1]. Estas mujeres entusiasmadas lograron que al año siguiente, “siguiendo con la original metodología implementada en el Foro de ONGs de Nairobi”, se realizara en nuestro país el primer Encuentro en Buenos Aires. A partir de allí se han realizado año tras año y sin interrupción, en las distintas provincias del país.
La Comisión Organizadora del Encuentro se refiere a éste como: “espacio de libertad que nos dimos las mujeres argentinas es de todas, sin distinción de edad, ocupación, ideas políticas, religiosas, o experiencia social, gremial y política”[2]. El Encuentro se fusiona en talleres de discusión, con los más diversos temas relacionados con la mujer y familia, sexualidad, salud, violencia hacia las mujeres, anticoncepción y aborto, mujer cabeza de familia, crisis social, ecología, pueblos originarios, derechos humanos, etc.[3] Todos ellos abordados desde una marcada tendencia feminista y abortista. El reclamo, el grito de lucha es siempre el aborto “legal, seguro y gratuito”. Conocido es el lema de estas corrientes a nivel mundial:
“Educación sexual para decidir,
Anticonceptivos para no abortar,
Aborto legal para no morir…”
El aborto es el leimotiv de los distintos talleres. Ya se hable de violencia o ecología, por ejemplo, la cuestión del aborto siempre es puesta sobre la mesa del debate por los grupos ideológicos. Es el tema transversal. Y si bien el aborto no es el único motivo de «lucha», podríamos decir que sí lo es todo aquello que cae bajo la «Cultura de la muerte«. Denominada así y condenada tantas veces por el Papa San Juan Pablo II. Por ello se consideran «logros» los proyectos de ley anti natura y anti familia. Los ENM son “la expresión más importante de las luchas que venimos desarrollando desde nuestros lugares de inserción de trabajo o estudio”, asegura la Comisión Organizadora. Al mismo tiempo se adjudica varios “progresos” en distintos campos, incluso en la legislación, obtenidos durante los casi treinta años de lucha.[4]
Sin embargo, el aborto es y será el «caballito de batalla». A él se refieren cuando dicen «vamos por más», «¡vamos por todo!». Volveremos luego sobre este tema. Enunciemos ahora otros hechos que nos ayudarán a divisar lo que hay detrás del ENM.
Como no podía ser de otra manera comenzaremos denunciando la mentira, utilizada como recurso y arma para la lucha feminista. Ya el título del encuentro esconde el primer engaño, puesto que los ENM no son «autoconvocados». Prueba suficiente es el origen internacional de los mismos que detallábamos anteriormente y las entidades que los apoyan y aprueban.
Tampoco es como afirman, “autofinanciado”. Muy por el contrario –y reconocido por la misma organización– cuenta con el apoyo financiero procedente de entidades como “organizaciones no gubernamentales Nacionales e Internacionales, de las Instituciones, Comercios, Empresas, Cooperativas, Gremios, de los Organismos Oficiales Nacionales, Provinciales y Municipales”, etc. También han sido subsidiadas por el Consejo Mundial de Iglesias (Suiza) y por la Global Found of Women (USA).[5]
Como se puede apreciar, el apoyo internacional es innegable. Tomemos como ejemplo el caso de una de las organizaciones que asisten al Encuentro. Movimiento doblemente perverso puesto que utiliza para sus postulados abortistas y contra natura el rotulo de «católico». El hecho concreto es que en la Sesión sustantiva del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC), realizado el mes de julio de 2013, adoptó por recomendación del Comité de Organizaciones No Gubernamentales otorgar el carácter de estatus consultivo ante Naciones Unidas a Católicas por el Derecho a Decidir Argentina (CDD), uno de los grupos más influyentes del ENM. Este Movimiento refiere: “el estatus consultivo nos permitirá, como organización no gubernamental, participar activamente en el ECOSOC y sus órganos subsidiarios, así como con la Secretaría de las Naciones Unidas, programas, conferencias, fondos y organismos en diversas maneras”[6].
A esto se suman las mismas declaraciones del Movimiento, en cuya carta de principios se propone «el cumplimiento de los compromisos internacionales asumidos en las conferencias mundiales, tales como Cairo, Beijing y las convenciones de la CEDAW, Belem do Pará, entre otras».
La Comisión Organizadora del Encuentro no vacila en referirse al éste como “el Movimiento más grande del mundo”. Orgullosa afirmación que no está lejos de la certeza si se piensa que dicho Movimiento, junto a las distintas agrupaciones que continuamente asisten a este congreso, conforman una enorme red de grupos de firme raigambre feminista, abortista, anticatólica y revolucionaria.[7]
Estas agrupaciones son claramente conscientes de lo que significan estos términos. En efecto, si de revolución o subversión cultural hablamos, el movimiento de Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) declara: «Luchamos por el cambio de los patrones culturales». O aquél otro slogan del movimiento Pan y Rosas que reza:
“Con las «panroseras», Nueva Era,
mujeres en acción, por la Revolución”[8]
Continuando con la lista de engaños feministas diremos que otra de las falacias es la del número, la farsa cuantitativa. Hay que decir que la Comisión Organizadora miente descaradamente inflando cifras, inventando porcentajes y estadísticas, y utilizando para su lucha abortista la manipulación de cifras de muertes por abortos clandestinos, entre otras tantas. Serían interminables estas líneas si nos detuviésemos a desmentir cada una de estas argumentaciones falaces. Sin embargo es de nuestro propósito desenmascarar –aunque la máscara ya esté por el suelo– el «cuento chino» de las miles de asistentes al Encuentro.
Curiosamente son las mismas agrupaciones que asisten al ENM quienes desmienten a la Comisión Organizadora. De este modo, en referencia al ENM realizado en Bariloche 2011, una publicación dice:
“La Comisión Organizadora, como sucede cada año, informó a los medios que en el Encuentro Nacional de Mujeres de Bariloche participaron “más de 15 mil mujeres”. El número mágico, que se repite como mantra, es el mismo en los últimos años, a pesar de que es evidente –para quien quiera contarlas– que son muchas menos las mujeres que participan…” “…Si calculamos una participación de aproximadamente 40 mujeres por taller –tal como lo indica el instructivo de la Comisión Organizadora–, entonces tenemos que hubo sólo un tercio de lo que dicen en los comunicados ¡apenas poco más de 5 mil!” “… ¿Por qué el PCR se empecina en seguir haciéndonos el cuento chino de los masivos Encuentros Nacionales de Mujeres en los que, cada año, participan menos compañeras?”[9]
Finalizando la lista de mentiras se encuentra la cuestión metodológica, el modo de funcionamiento de los debates y talleres. La Comisión Organizadora asegura y garantiza que el ENM es un espacio “democrático, horizontal, heterogéneo y sin dueños” ya que “el Encuentro pertenece a todas”. A pesar de ello, la realidad muestra que tales garantías se desmoronan. La propaganda y el discurso externo de promoción del ENM prometen algo que no es. El “sin distinción de credo…” se percibe de un modo distinto cada año que transcurre. La supuesta “libertad”, el consenso, la invitación “a todas las mujeres”, la “heterogeneidad” e “igualdad”, se vuelven nada para muchas mujeres a la hora de los hechos. Cuando los talleres están en marcha no hay democracia ni igualdad que impida que quien opina en contra del aborto –entre otras cosas– se lleve el souvenir del menoscabo, la crítica malintencionada o, en muchos casos, el insulto, el desprecio, el empujón y hasta una paliza.
No somos los partidarios de una falsa igualdad. No somos quien se inclina con reverencia ante el perverso dogma democrático. Tampoco militamos bajo la bandera de la falsa «libertad» o de la verdad consensuada. Por el contrario creemos en una libertad que no es posible sin la Verdad. Tal como lo dijo Jesucristo. Verdad a la que no se llega por mayoría de votos. Ahora bien, sin faltar a esa Verdad, denunciamos el despótico y tiránico actuar de la «mayoría» en los talleres del Encuentro. Denunciamos los actos vandálicos protagonizados por los promotores del respeto democrático. Como así también repudiamos los casos de violencia psicológica y física que tienen como autor a las supuestas defensoras de los Derechos Humanos.
Habiendo dicho esto pasemos a lo que es aún más grave. Detengámonos en la cuestión del odio abortista, anticatólico y sacrílego. Se trata del mismo odio, que sólo didácticamente hemos querido separar.
«Mi cuerpo es mío”: Odio abortista
Ya dijimos que la cuestión del aborto es central en los ENM. Es su motivo de lucha más importante hoy en día. Lo confirma la siguiente declaración del movimiento Pan y Rosas, a propósito del XXVo Encuentro que dice:
«Estas miles de jóvenes estudiantes y trabajadoras somos la fuerza que, desde todo el país, converge en este XXV Encuentro Nacional de Mujeres para exigir nuestro derecho a decidir, poniendo en pie un gran movimiento de lucha en todas las ciudades del país hasta conseguir de una vez por todas el derecho al aborto libre, seguro y gratuito.»[10]
El plan de lucha no se reduce a la mera militancia ideológica, sino que ha llegado incluso al ataque y a la agresión verbal y física. El culmen de esto lo tuvo el Encuentro del año 2010 en Paraná, Entre Ríos. Con el propósito de ejemplificar esto traemos a colación testimonios de mujeres que asistieron al Encuentro. Éstos abundan, pero hay dos que son verdaderamente conmovedores[11].
No es nuestra intención sembrar miedo entre las mujeres de buena voluntad que asisten al Encuentro, puesto que los testimonios son realmente contundentes. Tampoco, en el otro extremo, diremos que en los talleres se respira tolerancia y caridad evangélica. Y, aunque esta virtud se practique por las valientes mujeres cristianas, no sucede lo mismo con las militantes del feminismo. Simplemente exponemos los hechos siguiendo aquella sentencia del Papa León XIII que afirma que la primera ley de la historia es no atreverse a mentir y la segunda, no temer decir la verdad.
Los sucesos de este odio abortista se llevaron a cabo en un taller de la Escuela Sarmiento, en Paraná. Para desgracia del Encuentro la primera conclusión tenía un tono claramente pro-vida: «La vida humana comienza en la concepción». En efecto, miles de mujeres se habían pronunciado a favor de los derechos de todos «sin importar el tamaño». Pero integrantes del grupo Las Rojas y de Pan y Rosas se introdujeron a dicho taller «invitando» a las defensoras de la vida a retirarse del establecimiento.
Dejemos entonces que la Lic. Mabel Benegas de Murri nos relate en primera persona el lamentable suceso:
“Cuando se me acercaron yo referí que como ciudadana tenía derecho a no retirarme de la escuela y entonces me dijeron «SI NO TE VAS TE MATAMOS» –Por supuesto pensé es una frase intimidatoria– y me dijeron que venga tu marido a buscarte… Comenzaron a gritarme ‘¡negra de mierda… gorda de Mierda… te vas’!, me agarraron entre muchas y con los brazos extendidos y los pies hacia adelante bajaron, mientras me seguían pegando… Allí literalmente me tiraron al primer descanso de la escalera; sentía un fuerte dolor y les suplicaba una ambulancia (…) Continuaban gritándome toda clase de insultos por mi color de piel y mi contextura física (obesa) a pesar de mis suplicas, porque no me podía mover por el dolor en el coxis y la espalda. nuevamente me agarraron y allí perdí la conciencia por unos segundos hasta que sentí que me tiraban en las escaleras de la puerta de ingreso a la escuela. Sentí un olor horrible y que me asfixiaban con algo y no sabía con qué. Pensé primeramente que era orina. Luego los médicos me dijeron que recibí gas pimienta por eso el olor y los ojos irritados (…) Me robaron, me golpearon, me gritaron de todo por ser de piel oscura y contextura gruesa. No se presentó el INADI, ni la comisión de la Mujer de Entre Ríos, ni nadie de ese Gobierno.”
Esta víctima del odio abortista pasó 9 horas inmovilizada en el Hospital San Martín. Para tomarle la denuncia, la policía tuvo que dirigirse al nosocomio y por causa de este incidente perdió su viaje a Mendoza, su lugar de origen. Gracias a la ayuda de gente de Paraná pudo hospedarse un día más y solventar con la ayuda de la gente el viaje de regreso.
A pesar de lo sucedido, las acusaciones por disturbio y violencia recaen siempre sobre las filas católicas. Y nuestra duda es siempre el paradero de los términos igualdad, libertad, democracia, heterogeneidad, etc., que tanto garantiza la Comisión Organizadora. Este es el modo con que las hordas abortistas defienden estos conceptos.
Argüirá alguno que reducimos este apartado a un hecho de violencia que no se ha manifestado en la misma medida todos los años. No es erróneo el argumento y esperamos no tener que lamentarlos en mayor grado en los Encuentros posteriores. Sin embargo, a los hechos nos remitimos y son ellos quienes nos muestran que el odio, el rechazo y la violencia física o psicológica no disminuyen, sino que se acrecientan año tras año.
Por otro lado el engaño y la trampa siguen en pie, ya que las conclusiones que no se adecuen a los intereses abortistas no son leídos o son modificados o borrados del mapa. Claro está que hay personas previamente destinadas para tal fin.
«¡Fuera Iglesia!»: El odio anticatólico
Pasemos ahora a detallar aquello que reviste mayor gravedad. Porque esta lucha por conseguir el aborto legal va acompañada de un expreso anticatolicismo. Cada vez que se levanta la bandera del crimen, se enarbola al mismo tiempo la del odio a la Fe. La explicación a esto ya la brindó Donoso Cortés al decir que «detrás de toda cuestión política hay una cuestión religiosa». Pero la cuestión que aquí parece ser política es al mismo tiempo teológica, puesto que no se trata simplemente de la aprobación de una ley humana (despenalización del aborto), sino de la negación de la ley divina del quinto mandamiento, “no matarás”. La distinción está en que estos grupos no se contentan con faltar a un mandamiento que tiene por objeto al prójimo, sino que con mayor furia obran contra los primeros mandatos, cuyo objeto es Dios mismo.
A pesar de la perversidad descarada y otras veces disfrazada con la que actúa el ENM, a pesar del grave error que representa la cultura de la muerte y sus postulados, especialmente el aborto; a pesar de que urge la defensa de la familia y del niño por nacer; a pesar de ello, nos vemos en la obligación de denunciar lo que es más grave aún, la manifiesta y radical tendencia anticatólica y sacrílega que ostentan año a año los ENM y sus agrupaciones afines.
Lo decimos así, sin eufemismo ni hipérbole alguna. Aquí lo que está en juego no es sólo la vida del bebé en el vientre materno, ni la integridad de la familia, ni la educación de los hijos, sino la Fe. Es nuestra Fe la que se ataca, es la Iglesia y sus ministros los insultados, es María Santísima la repudiada, y es Cristo el blasfemado. Por tal motivo el ENM debería estar en la alerta de todos los fieles católicos, más aún del clero y de la Jerarquía de la Iglesia. Y es también por eso que –como dijimos desde el comienzo– merece el total repudio.
Los organismos abortistas son quienes dan cuenta y evidencian lo que decimos. Primero se levanta la bandera democrática y de los derechos humanos, al mismo tiempo que se garantiza el respeto por los distintos cultos y opiniones. Luego, cuando el anticatolicismo comienza a enardecer, no hay dogma democrático que detenga el obrar conforme al odium fidei o al odium Ecclesiae. Y, como es costumbre, la culpa recae sobre la Iglesia, sus instituciones y sus fieles.
“Los Encuentros tienen que ser democráticos, donde no haya un pequeño sector que decida por miles; resolutivos, es decir, que se puedan votar planes de lucha que nos permitan fortalecer el movimiento por nuestros derechos; independientes de la Iglesia, respetando la libertad de culto de cada mujer, pero impidiendo el veto y las patoteadas de las instituciones religiosas contra las discusiones sobre el derecho al aborto, el feminismo, las mujeres lesbianas, como lo hacen habitualmente los grupos organizados por obispos locales y el Opus Dei.”[12] (sic!)
El blanco de ataque es siempre la Iglesia:
“Los encuentros de Mujeres tienen que ser libres de toda presión de la Iglesia…ya la vivimos fuera de los Encuentros,…vayamos a donde vayamos está la Iglesia… Entonces nosotros somos una juventud que quiere levantarse en contra de esas presiones.”[13]
Es de notar que no es un odio vacío de contenido ideológico, sino con firmes convicciones y propuestas o reclamos acordes a su proceder. Por eso no nos toma por sorpresa lo que propone, por ejemplo, el movimiento Pan y Rosas, de marcado pensamiento abortista y revolucionario, que manifiesta su lucha con ítems como: “Por la separación de la Iglesia del Estado”, “¡Basta de subsidios a la educación religiosa!”, “No al pago de salarios y jubilaciones de privilegio a los obispos. Que los curas vayan a trabajar.”, “Expropiación de todos los bienes inmuebles de la Iglesia y que se destinen a crear casas para mujeres víctimas de violencia y otras instituciones públicas al servicio del pueblo trabajador”[14] .
De este modo, quienes defienden la vida del inocente –aún sin manifestar posición religiosa– son merecedores del rechazo y del oprobio. El Encuentro es «de todas», pero en ese término no está incluido quien sea católico o quien ponga en duda que el aborto es un derecho y va en contra del orden natural creado por Dios.
“¡Fuera de nuestro Encuentro Nacional de, Mujeres los defensores de este orden que nos mantiene sumidas en la opresión, los inquisidores que pretenden darnos lecciones de “moral” mientras amparan a abusadores y criminales entre sus “santas” filas!”[15]
El segundo testimonio contundente, que prometíamos más arriba, es el de Margarita Vento, participante del ENM en Posadas (2010), cuyas palabras son detalladas y precisas. Ella misma refiere cómo la furia anticatólica es cada vez más fuerte y más agresiva:
“A los católicos se nos agredió (como todos los años), pero pareciera que cada año que pasa, las agresiones son mayores. Pareciera que la tolerancia y diversidad, de la que tanto se llenan la boca hablando, la olvidan cuando nuestros principios e ideas no son como a ellos les gustaría. Fuimos arrastradas literalmente de los talleres de aborto, pateadas, nos pegaron, y lastimaron. Una mujer fue internada durante 9hs, y quedó con un cuello ortopédico, patearon a una embarazada, y toda clase de desmanes y agresiones que imaginen. Rompieron vidrios, y quisieron dejar asentadas en las conclusiones, que las católicas no van a entrar más.”[16]
Este es el fruto de la igualdad, respeto y actitud democrática de las organizaciones feministas. La Comisión Organizadora –como es de esperar– lavándose las manos de toda culpa y pecado, cuando no puede ya esconder estos incidentes, dice: “…de ninguna manera fomentaremos, propiciaremos, alentaremos, ni seremos conniventes con aquellas prácticas violentas que pretendan silenciar opiniones por ser distintas, con distintos métodos como ocurrió en la ciudad de Paraná.” [17]
Por fin, el hecho que hace particular al Encuentro de Mujeres es la situación actual de la Iglesia cuyo Papa es argentino. Mayor indignación les causa a estas mujeres anticlericales la persona del Papa Francisco, que aparenta un cambio en la Iglesia “sin tocar una sola coma de una doctrina misógina y homofóbica que seguirá intacta.”[18]
continuará
[1] La Conferencia congregó a varios miles de mujeres de distintas partes del mundo y se realizó con el fin de examinar y evaluar los logros del Decenio de la Mujer, que había sido declarado en la Conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer en México en 1975.
[2] Documento de la Comisión Organizadora, del 4 de Junio de 2013.
[3] Cfr. www.26encuentromujeres.com.ar
[4] Son ellas quienes afirman: “hemos avanzado en diferentes planos incluyendo la legislación como: Patria Potestad Compartida; Ley de Cupo y de Cuota Alimentaria, Exclusión del hogar de golpeadores, Confección de listado de padres incumplidores de Cuota Alimentaria, Sanción al acosador sexual, Ley contra la violencia familiar, Ley de Salud Sexual y Reproductiva; Leyes de Protección Integral de la mujer durante el parto; recientemente logramos la media sanción de la Ley de Infanticidio y se ha discutido por primera vez en el Congreso de la Nación la Ley por el Aborto Legal Seguro y Gratuito; y continuamos nuestra pelea por el efectivo cumplimiento de estos avances conquistados.” Cfr. http://www.26encuentromujeres.com.ar y http://www.29encuentronacionaldemujeres.com/#!projects/c21kz
[5] Como bien refiere Cristián Rodrigo Iturralde: “El objetivo [de los grupos feministas] siempre ha sido declarado desembozadamente: lograr la reducción de la población mundial mediante arbitrarias medidas de control demográfico (abortos obligados, esterilizaciones forzadas, anticonceptivos, etc.). De allí los suculentos aportes a estos movimientos por parte de la Fundación Rockefeller con su Population Council y la Fundación Ford, entre otras.” Cristián Rodrigo Iturralde, “Feminismo malparido”, en: http://cristianrodrigoiturralde.blogspot.com.ar/2014/04/feminismo-malparido.html
[6] Nótese que CDD se define como movimiento autónomo. Nace en 1993 y regionalmente está articulado a través de la Red Latinoamericana de Católicas por el Derecho a Decidir (Red CDD/LA) compuesta por doce grupos CDD en diferentes países (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, México, Nicaragua, Paraguay y Perú, y España como miembro asociado). Esta enorme red CDD/LA nació en el 5to Encuentro Internacional de Mujer y Salud que tuvo lugar en Costa Rica en 1987, al contacto con la estadounidense Catholics for a Free Choice. (Cfr. http://www.catolicas.com.ar/portal/ )
[7] Algunas de ellas son: Marea Popular, Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional, Plenario de Trabajadoras, Las Rojas, Mujeres del MST, Mujeres sin miedo (La Matanza), CTA Nacional, Pan y Rosas, Las Piqueteras, Olga Cristiano, Grupo Maleza, Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), Red Latinoamericana de Católicas por el Derecho a Decidir (Red CDD/LA), Agrupación Quebracho (Mujeres), Colectividad “Enredadas”, Movimiento de Lesbianas Feministas, etc.
[8] Cfr. http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=tfRfw3ZFHto. La agrupación de mujeres Pan y Rosas se formó a partir del Encuentro Nacional de Mujeres del 2003, en la ciudad de Rosario, con otras mujeres del Partido de Trabajadores Socialistas (PTS), estudiantes, etc. La agrupación participa “unitariamente en aquella oportunidad, planteando la lucha por el derecho al aborto y los derechos de las mujeres trabajadoras”. Pan y Rosas considera que “la lucha contra la opresión de las mujeres es, también, una lucha anticapitalista”, y que por eso, “sólo la revolución social encabezada por millones de trabajadoras y trabajadores en alianza con el pueblo pobre y todos los sectores oprimidos por este sistema, que acabe con las cadenas del capital, puede sentar las bases para la emancipación de las mujeres”. A pesar de declararse “independientes”, el movimiento está estrechamente vinculado al partido político del Frente de Izquierda. De hecho su fundadora, Andrea D`Atri, fue candidata a Diputada Nacional por el Frente de Izquierda en las elecciones del año 2013 (Cfr. www.panyrosas.org.ar). Más aún, durante el mes de octubre de ese año se presentó una nueva edición del libro “Pan y Rosas”, que trata justamente de la relación marxismo-feminismo. En dicha presentación Andrea D’Atri expresó convencida: “Nosotras pertenecemos a una corriente trotskista” (Cfr. http://www.youtube.com/watch?v=iG6WQPjG3iE).
[9] “Cuento Chino”, en suplemento “Pan y Rosas”, Nº 6, del jueves 13 de Octubre de 2011. Cfr. http://www.anyrosas.org.ar/Cuento-Chino
[10] Suplemento Pan y Rosas, del 8 de octubre de 2010.
[11] Pueden verse completos en: http://www.argentinosalerta.org/node/1221
[12] Artículo “¡Que nadie decida por nosotras!”, en suplemento “Pan y Rosas” del 16 de mayo de 2013. (Cfr. http://www.panyrosas.org.ar/Que-nadie-decida-por-nosotras)
[13] Cfr. http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=tfRfw3ZFHto
[14] Cfr. D’Atri, André,“Hagan lío” (para mantener el orden), en suplemento “Pan y Rosas”, del 23 de septiembre de 2013.
[15] En suplemento Pan y Rosas, del 8 de octubre de 2010.
[16]http://www.argentinosalerta.org/node/1221
[17] Cfr. www.26encuentromujeres.com.ar
[18] www.panyrosas.org.ar/Hagan-lio-para-mantener-el-orden
Es interesante mencionar, que el hecho de que no permitan a las católicas participar de los talleres, revela la derrota en el ámbito intelectual.
Ahora bien, consumada esta Justicia de Dios, que ya ha vencido con la Palabra a las promotoras del odio, solo les queda la mentira y la violencia como expresiones finales de una lucha que las ha visto caer derrotadas.
Y por mas que los grandes medios oculten las viriles y cristianas defensas de las sucesivas Catedrales, el pueblo silencioso ve el rostro del Dulce Cristo Crucificado en estos hombres y mujeres.
Dios y la Virgen los bendigan